Una explosión siembra el pánico en el metro de la capital bielorrusa

Once muertos y más de un centenar de heridos es el resultado provisional de víctimas de la explosión –casi con toda seguridad un atentado– que sacudió ayer una céntrica estación del metro de Minsk, la capital de Bielorrusia. El estallido, según la agencia oficial Belta, se produjo en plena hora punta, casi a las seis de la tarde, en la estación de Oktiábrskaya. Su boca de salida se encuentra cerca de la residencia del presidente Alexánder Lukashenko.

Según los testigos, la explosión se produjo en el centro del andén, en donde se formó un «amplio cráter», y logró derrumbar la escalera mecánica. Otras informaciones aseguraban que la deflagración no fue en el andén, sino en el interior de un vagón. También se habló de que pudo haber sido la escalera mecánica mientras la agencia rusa Itar-Tass citaba fuentes propias, que situaban el punto en el pasillo de transbordo entre las estaciones de Oktiábrskaya y Kúpalovskaya.

El servicio del metro quedó interrumpido, así como el tráfico rodado en la avenida de la Independencia, adonde acudieron decenas de ambulancias. Fuentes de Interior dieron por hecho que lo sucedido fue un atentado terrorista, aunque nadie ha avanzado todavía la posible autoría.

Lukashenko no descartó que «nos hayan podido traer este ‘regalo’ del exterior. Pero tenemos que mirar adentro. Los culpables deben ser encontrados». Tras visitar el lugar, ordenó que revisen todos los arsenales y almacenes con municiones.

Que se sepa, en Bielorrusia no opera ninguna organización terrorista. No obstante, en julio de 2008, con motivo de los festejos conmemorativos del Día de la Independencia, explotó una bomba durante la celebración de un concierto al aire libre. Hubo 55 heridos.