tragedia en madrid

El juez intenta aclarar si hubo error humano o falló un detonador

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El juez militar que investiga el accidente que causó la muerte de cinco artificieros en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares intenta aclarar por qué estallaron antes de tiempo los explosivos que manipulaban. Las primeras hipótesis apuntan a que la deflagración, que provocó heridas de gravedad a otros dos soldados y dejó a un tercero leve, pudo deberse a un error humano o al fallo de un detonador, según fuentes judiciales.

Aunque todas las vías de investigación están abiertas, más si cabe porque un siniestro de esta magnitud requiere rastrear en profundidad el lugar del accidente, las pesquisas se centran en estas dos posibles circunstancias. Todo ello con la salvedad de que se trata de un suceso atípico, que pese a no estar exento de peligros requiere medidas de precaución extrema.

Los artificieros fallecidos, de entre 25 y 44 años y con gran experiencia en misiones internacionales, realizaban una instrucción en el campo de maniobras y se disponían a destruir un número indeterminado de minas anticarro que previamente habían sido desactivadas. Para ello, habían colocado cantidades «mínimas» de explosivos cebadas con detonadores para destruir las minas a distancia. Se trataba de una voladura controlada.

Pero algo falló en ese momento: un detonador se accionó, las cargas hicieron explosión y con ellas las minas anticarro. El grupo de militares se encontraba próximo al lugar y recibieron de lleno el impacto de la fuerte deflagración. De nada sirvió las medidas de protección que llevaban. Para este tipo de adiestramiento hace falta casco y chaleco antifragmentos, pero no el traje especial de los artificieros.

Las minas anticarro eran las denominadas M-15, de origen estadounidense y que son habitualmente utilizadas en Líbano, destino al que tenían previsto viajar las víctimas. Pesan 13.5 kilogramos y la carga de explosivo es de 9,9 kilos.

Los cuerpos de los cinco militares muertos continuaban ayer en el Tanatorio de Colmenar Viejo (Madrid), donde se les están practicando las autopsias. Según informaron a Efe fuentes del Ministerio de Defensa, una vez terminado el proceso, los restos mortales de los militares serán entregados a los familiares, que serán los que decidan si habrá un funeral conjunto. El juez togado militar fue quien decretó ayer que los cuerpos de los fallecidos fueran trasladados al Tanatorio de Colmenar Viejo.