Toboganes y salas temáticas forman parte de la decoración.
Sociedad

Vivir bien para trabajar mejor

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Cuantas bolas de golf caben en un autobús escolar? ¿Cuantas veces al día se superponen las agujas de un reloj? Si usted es capaz de responder correctamente a estas y otras preguntas tanto o más extrañas, es el candidato perfecto para uno de los puestos más cotizados del planeta. Dicen las malas lenguas que las entrevistas de trabajo en Mountain View son casi surrealistas, pero no son lo único poco común en Google. Todo aquél que visita por primera vez las oficinas centrales de la empresa propietaria del buscador más utilizado del planeta tiene la sensación de haber entrado en otra dimensión. Tanto la sede de Mountain View, apodada GooglePlex, como su central europea en Zurich, son dos pequeñas ciudades que cuentan con todos los servicios imaginables, desde peluquería hasta piscina o cancha de volley playa (con arena), pasando por guardería, restaurantes, sala de juegos con billar, máquinas de pinball y consolas o centro de masajes para los empleados. Losdistintos pisos están conectados por toboganes como si la oficina fuese una especie de parque de atracciones y pequeños microbuses enlazan unos edificios con otros. Echarse la siesta es lo más normal, porque existen incluso salas a oscuras con acuarios especialmente pensadas para este propósito.

Las instalaciones no son lo único raro. Las normas de la casa son, si cabe, más extravagantes. Cada empleado puede decorar su lugar de trabajo como le dé la gana e incluso traerse a su perro, para el que tiene una pequeña zona habilitada junto a su mesa. La empresa, curiosamente, tiene prohibidos los gatos. El primer día de trabajo es obligatorio utilizar los toboganes y llevar un extraño sombrero de colores durante unas horas. Los restaurantes de la empresa cuentan con chefs propios y los menús están adaptados para todas las dietas imaginables, desde veganos hasta diabéticos, pasando por musulmanes. El picoteo también es habitual y gratuito. De hecho, en Google se come tan bien que existe el concepto de 'los siete de Google', que son los kilos de sobrepeso que se cogen de media al entrar en la compañía. Para bajarlos siempre podemos acudir al gimnasio.

Evidentemente, este paraíso tiene su lado menos agradable, y es que, al fin y al cabo es una empresa y hay que trabajar. En Google no existen horarios ni metodología de trabajo. Cada cual es libre de organizarse como quiera mientras cumpla los plazos de entrega y desarrollo de proyecto, que son tan ajustados como en cualquier otra empresa. Es casi obligatorio trabajar en equipo y, salvo en los servicios y en las salas de descanso, la intimidad es muy rara. Todas las salas de reuniones son abiertas y tienen decoración temática basada en mitos del cine y la literatura. La norma es que los ordenadores tengan dos pantallas porque se ha descubierto que su uso incrementa la productividad. De todas las horas que se meten, un 20% son para asuntos propios y se anima a los trabajadores a que desarrollen ideas propias. El entorno es tan acogedor, precisamente, porque los trabajadores de Google prácticamente viven en la empresa.