DOCTOR IURIS

De serie

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Conozco mucha gente que, como yo, vive su vida a través de las series de televisión. Sin ellas, de hecho, la de alguno sería vacua y absurda. Recuerdo varias series que han marcado mi juventud como, por ejemplo, 'V'. Aún veo a la malvada Diana tragando ratas a palo seco e intentando matar a Mike Donovan y al actor que siempre se asociará con el mítico Freddie Krueger. Asociación de ideas. Asociar una circunstancia de la vida con la serie que se veía en ese momento.

'Se ha escrito un crimen' era el programa que veía en la sobremesa de cuando sólo estaba TVE mientras mis padres dormían la siesta y la muchacha que nos ayudaba en casa planchaba camisas. El vapor era reconfortante en los días de frío. Pasados los años, vino 'Expediente X' coincidiendo con la época de instituto y la muerte de mi abuelo Manolo, una noche de invierno en la que hacía más frío dentro de nuestra casa que en el exterior. Recuerdo una llamada de teléfono y a mi madre diciendo que su padre había muerto para después retirarse a su dormitorio a llorar, a solas, como mujer forjada de hierro gallego.

Asocio también 'Los Soprano' con la Universidad y los fracasos de diversa índole que no hicieron sino enseñarme lecciones de vida que sólo se aprenden con dolor. Odiaba los exámenes que caían en lunes porque no podía evitar sentarme a ver el capítulo de cada domingo. Posiblemente Tony Soprano, el mafioso psicoanalizado, que mostraba una dualidad moral que lo dotaba de humanidad, fue culpable de algún que otro suspenso.

Conocí a mi mujer en la época que empezaron a emitir 'Lost' (Perdidos) y hoy día ambos estamos ansiosos por ver la temporada final que se estrena en EEUU a comienzos de febrero. Cientos de miles de seguidores descargan el último capítulo con audio en inglés y a las pocas horas aparece en una página web un archivo con los subtítulos en español que, una vez bajado, se integra en el visionado del vídeo. Los fans no pueden esperar a que llegue el episodio doblado para comprobar si Kate acabará con Jack o con Sawyer, y yo tampoco.

Cuando una serie termina deja ese regusto triste de los amigos que mueren, de los amores que acaban o de 'Verano azul', y sin embargo es siempre mejor que perderse el último capítulo y quedarte con la duda de cómo acabó aquello, como me ocurrió con 'El equipo A'. Empezó ya el 2010, el año de la crisis gorda de verdad, de los desastres naturales, el apagón analógico y del final de 'Perdidos' y casi me da miedo pensar con qué asociaré esta próxima temporada de mi vida. Esta vida de serie que trato de vivir.