El armador del atunero 'Alakrana', Kepa Etxebarria, a su llegada, ayer, a la Audiencia Nacional para declarar ante el juez Pedraz. :: EFE
ESPAÑA

El negociador era Pepe «el de los misteriosos»

Kepa Etxebarria explica que el pago de la liberación acordado con los piratas somalíes ascendió a 2,7 millones de euros El armador del 'Alakrana' relata ante Pedraz que «un español» gestionó el rescate desde la embajada en Nairobi

MADRID. Actualizado: Guardar
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El pago del rescate del 'Alakrana' se gestionó desde la embajada española en Nairobi (Kenia). Rondó los cuatro millones de dólares (2,7 millones de euros) y las tratativas con los piratas las llevó un misterioso español que apareció en la legación y que se hacía llamar Pepe. Pepe 'de los misteriosos', tal y como él mismo respondía cuando el armador del buque, Kepa Etxebarria, le preguntaba para quién trabajaba o si era un agente del CNI.

Ayer, Etxebarria declaró ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que investiga en una pieza separada el pago del rescate del atunero vasco, liberado por los piratas somalíes el 17 de noviembre. Su testimonio, hasta ahora inédito, revela cómo el tal Pepe llevó todo el peso de la negociación.

Según la declaración del armador bilbaíno, que ocupa cuatro folios, él se encontraba en Tanzania, a punto de comenzar una escalada al Kilimanjaro, cuando le avisaron del secuestro el 2 de octubre. De inmediato se trasladó a Nairobi, donde estuvo cinco días en un hotel. En esos días, además de la llamada del patrón, Ricardo Blach, confirmando que tenían a trece piratas en el buque, recibió la primera comunicación del «negociador de los piratas que se hacía llamar Yama» y que usaba un teléfono satélite.

Luego vino la segunda llamada, ya cuando Etxebarria se había traslado a la residencia del embajador. «Esta gente me dijo que lo primero era que los dos que iban a llegar a España tenían que volver. Me pidieron diez millones de dólares de rescate. Yo les dije que a la primera parte de esta película no podía acceder porque estaba en manos de la justicia española. Respecto al dinero les dije que en España estaba prohibido pagar rescate y que no iba a pagar ningún dinero para que no me metieran en la cárcel», explicó ayer el armador, que dijo que los piratas, antes estas negativas, le dejaron con la palabra en la boca y le colgaron el teléfono. Según su testimonio, para entonces estaba «fatal» y el embajador en Kenia, Nicolás Martín Cinto, tampoco estaba mucho mejor, ya que le reconoció que «el tema le sobrepasaba».

Y entonces apareció Pepe. El 'misterioso' le llamó al móvil desde un número español para decirle que no se volviera a España y que se quedara en Nairobi. Dos días después, apareció en Kenia. «Le pregunté quién era, de dónde era, le pedí más datos de identidad porque me parecía ridículo, pero él sólo me respondió que se llamaba Pepe, que trabajaba para los misteriosos y que no le preguntara más cosas».

«A partir de ahí, cada vez que había comunicaciones con el barco, se realizaban desde mi móvil. Los piratas llamaban o Pepe les llamaba desde mi móvil. Yo nunca volví a hablar más con los secuestradores. A veces estaba presente en las conversaciones de Pepe y a veces no», señaló ayer el armador, que sin embargo sí que escuchó algunas de las llamadas claves para liberación.

«Hablaban de la situación de los dos piratas en España y del dinero que querían cobrar. Hubo un tira y afloja de cantidades. Uno pedía diez y el otro le ofrecía medio millón de dólares. No sé en cuanto se quedó. Cuando me marché de allí estaban hablando de cuatro millones de dólares», recordó ayer Kepa Etxebarría, que reconoce que no quiso seguir presente en las negociaciones después de que en una ocasión los piratas le hicieron oír por el teléfono como usaban sus armas.

«Nunca intimamos»

«A partir de ahí Pepe se quedaba hablando con los piratas y yo salía de la sala. Luego Pepe no me comentaba nada de las negociaciones. Sólo hablábamos de fútbol y cosas sin sentido. Nunca llegamos a intimar. No supe si estaba casado o tenía hijos, o si era de Madrid. El tal Pepe siempre me respondía lo mismo: que estuviera tranquilo, que no iban a matar a nadie», apuntó ante el juez el armador, que aseguró que el 'misterioso', aunque pasaba buena parte del día en la embajada, no se alojaba en la legación.

El último día que el ayer testigo vio a Pepe fue el día «que terminó todo». «Nos despedimos y nunca lo volví a ver más. No me dijo nada de la cantidad pagada ni por qué se había liberado el barco», contó.

Ayer, Kepa Etxebarria no pudo dar más datos sobre Pepe, aunque aseguró a Pedraz que en tres ocasiones se atrevió a preguntarle directamente si pertenecía al Centro Nacional de Inteligencia. «Pepe siempre me dijo que era de los misteriosos y que nunca iba a responderme a esa pregunta. Pepe era una tumba. Sólo se refería a los misteriosos», apuntó el armador del 'Alakrana', que ayer prometió al juez que no ha pagado rescate alguno ni que nadie le ha reclamado «ningún dinero».