Cartas

Algunas reformas

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Para sancionar las ausencias reiteradas de sus señorías del hemiciclo, para que realmente tengan dedicación exclusiva a la política, para que no perciban nada más que el jugoso sueldo que se llevan mensualmente -por hacer ¿qué?-, para que les descuenten de sus nóminas las cotizaciones a la Seguridad Social que todos los demás pagamos de nuestros sueldos y de las que estos privilegiados se libran porque van a cargo de los Presupuestos de las Cámaras, para que se supriman las pensiones vitalicias de los presidentes y ministros actuales, futuros y ex, que superan con creces la máxima establecida por nuestro sistema de pensiones (van desde 45.000 hasta 90.000 euros anuales, dependiendo de que sean del Gobierno central o de algunas autonomías, cuando la de la Seguridad Social está en 31.000; y para que se les caiga la cara de vergüenza por establecer un salario mínimo de 633,30 euros y pensiones de viudedad del 52% que en muchos casos no cubren las mínimas necesidades. Éstas son algunas de las muchas reformas que habría que poner en marcha.