CARTA SONDA

Envío esta carta sonda al espacio interestelar por si hubiera un ser -no es indispensable que sea inteligente- que quisiera entrar en contacto con nosotros, los que, en teoría, defendemos el pabellón de lo humano. Ahora que la ciencia ficción se está quedando vieja, sería de agradecer que apareciera 'algo' de otro planeta, porque los tumbos que estamos dando son patéticos. Eso sí, me veo en la obligación moral de dar algunos datos de interés para el turista cósmico. El año 2009 de nuestra era está a punto de terminar, en dos días entramos en el año del tigre, siempre según los chinos, que son muchos y tienen algo más que vela en este entierro. Si me apuran, todos los féretros llevan ya un 'Made in China' debajo de la tapa. Curiosamente, el año que se va también ha sido el del tigre, no para los chinos, sino para los amantes del golf y del deporte en general.

Por aquí abajo -porque nunca entenderíamos que un extraterrestre entrara por el polo sur- nada está en orden, o lo que es lo mismo, nadie está en su sitio; el mundo es como un belén montado por un chimpancé. Lo mismo te encuentras a San José lavando en el río y tirándole los tejos a Gaspar, que al niño Jesús de caganet. Si en su visita, señores marcianos, ven a alguien toser, puede que sea gripe A, una enfermedad que, hasta hace bien poco, salía todos los días en la prensa. Pero también puede que la tos simplemente sea una consecuencia del disimulo crónico. Sí, por aquí abajo, todos estamos implicados en algo ilegal; el que no trinca es porque no encuentra dónde. La ley hace lo que puede, pero no logra alcanzarnos. Somos más veloces. Yo que ustedes, intentaría dejar el platillo volante en un descampado a las afueras de alguna ciudad, nuestros aeropuertos están colapsados. Por supuesto, la maniobra de aterrizaje corre de su cuenta, cualquiera les dice ahora a los controladores que se ocupen también de los OVNIS, lo que faltaba. Feliz año, y hoy, pasen buen día.