Opinion

Deseo

La felicidad les suele ocurrir siempre a otros que no la reconocen. La alegría es más fácil de conseguir

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No les deseo la felicidad, porque es algo inalcanzable que perturba a las personas. La felicidad les suele ocurrir siempre a otros que, cuando la tienen en sus manos, no la reconocen. Les deseo alegría, que es más fácil de conseguir. Deseo que cuando lean este periódico encuentren todos los días argumentos para seguir adelante. Las noticias son siempre desagradables -tememos quedarnos sin trabajo, no confiamos en quienes nos mandan, miramos cada vez peor a los inmigrantes, dice el último CIS-, pero lo cierto es que hay entrevistas, opiniones de gentes que animan a seguir adelante. Deseo que encuentren en nosotros los periodistas verdad, sencillez y capacidad para ser puente entre lo que pasa y ustedes. Puentes que no pontifican, que buscan la emoción en una noticia, que la contrastan, y que escriben y hablan pensando que los lectores y oyentes siempre merecen consideración.

Deseo que hagamos bueno el consejo del gran periodista Ryszard Kapuscinski: que el nuestro no es oficio para cínicos, que ejercer esta profesión exige humildad, humanidad, empatía. No se puede ser periodista sin ese ejercicio necesario de ponernos en la situación del otro. Por eso nos equivocamos tanto cuando sacamos de nuestro cajón palabras graves, calificativos que dañan el honor de las personas. Deseo que una buena frase, si es mentirosa, nunca sea escrita, nunca pronunciada. Deseo que tengamos siempre capacidad para entender lo que nos ofusca, habilidad para trasmitir un estado de ánimo que haga que el que lee y escucha esboce una sonrisa. Deseo volver a escribir estas palabras dentro de un año, y también la semana que viene.

Deseo un país necesario y tolerante con los diferentes. Que no confundamos la lejanía con la distancia, el poder con la gloria, la verdad con la apariencia. Deseo tener como ahora capacidad para desear siempre, y poder escribirlo. Deseo un país al que pueda llamar España sin reparar en más cosas que en que soy español, y que esa condición me garantiza vivir libre junto a millones de ciudadanos libres. Deseo que los periódicos y las tertulias radiofónicas enloquezcan, y que un día como el de hoy salgan de los ordenadores y micrófonos las voces de Ángel González: «Evita que mañana te deshaga todo lo que tú mismo pudiste no haber hecho ayer». O la de Claudio Rodríguez: «¿Quién hace menos creados cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda los contiene en su amor?». Deseo que Bob Dylan te cante esta noche una balada que hable de carreteras y compañías extraordinarias: «Los ángeles tocan la trompeta todo el día / el mundo entero en movimiento parece pasar de largo / pero ¿escucha alguien la música que tocan?»

Todo esto, amigo lector, es lo que deseo compartir contigo un día como hoy. Y siempre.