Un mercadillo de juguetes benéfico

«En el Primer Mundo nos hemos acostumbrado a hacer limpieza de los juguetes antiguos para que entren otros nuevos». Nada que ver con lo que ocurre en los países empobrecidos, comenta Chelo Catalán, la delegada de Madre Coraje en Puerto Real, quien marca las diferencias que existen en estas épocas de regalos para niños.

Esta entidad social ha puesto en marcha un mercadillo de juguetes en beneficio de los proyectos que desarrolla en Perú. Los artículos proceden de una campaña de recogida realizada hace poco por el grupo scout de La Salle, y de donaciones que los puertorrealeños van haciendo a lo largo del año al almacén de la ONG en la Ribera del Muelle. El mercadillo lo han habilitado en un local cedido de la calle La Palma y funcionará hasta el día de Reyes. Los juguetes tienen precios muy módicos, que oscilan entre 1 y 6 euros. Desde Madre Coraje también subraya la variedad de artículos y su buen estado de conservación: «La mayoría son nuevos. Es una pena porque ya no se aprovechan, ni se heredan como antes; ahora jugar, se juega poco, porque no hay tiempo», se lamenta.

Una iniciativa consolidada

Hace cinco años Madre Coraje puso en marcha esta idea, que ha ido evolucionando en cuanto a su formato: «En principio hacíamos un intercambio por alimentos que enviábamos a Perú; le poníamos a cada juguete el número de kilos que equivalía en peso», recuerda la responsable de esta ONG. En condiciones normales, enviarían los juguetes a Perú, pero el tamaño de los artículos y su funcionamiento pilas, en muchos casos, obliga a la entidad a decantarse por otros materiales que llegan a sudamérica en contenedores. Otro destino de parte de la recaudación se utilizará para complementar los lotes solidarios que se entregan a las familias necesitadas de la localidad. Actualmente hay más familias que acuden para conseguir regalos que no podrían comprar en otros comercios: «Por eso, estamos vendiendo bastantes juguetes». Y es que la necesidad aprieta: «Antes de empezar ya había muchos vecinos que habían venido a preguntarnos cuándo abríamos».