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MALOS TIEMPOS PARA EL LUJO

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El modisto francés más barroco y amante de la iconografía española agoniza, pero se engancha como puede a la vida y al poder de los petrodólares. Christian Lacroix confía en una inyección urgente por valor de 100 millones de euros de un jeque de los Emiratos Árabes Unidos para tomar aire. El sujeto que aparece como salvavidas responde al nombre de Hassan Ben Alí Al Naimi y en él ha depositado las últimas esperanzas para evitar que el 90% de la plantilla de la mítica 'maison' acabe de patitas en la calle antes de las próximas navidades. Convertido en poco menos que patrimonio nacional, los tribunales franceses están dispuestos a conceder una prórroga a Lacroix y el Gobierno de Sarkozy, a hacerse cargo de los sueldos de las costureras. Pretende salvar así la cabeza de un modisto cerebral tan genial con sus diseños como un desastre perpetrando descosidos financieros.

Forzada por los minoristas y también para evitar pillarse los dedos, la diseñadora americana de origen asiático Vera Wang ha decidido rebajar los precios de su próxima colección estival en un 40%, pese a que muchas tiendas le han dado un toque de atención recordándole que vender vestidos a 600 dólares quizá sea demasiado barato para una marca de diseño. En sus cuarenta años de profesión, Vera admite que nunca había visto a las mujeres que «tuviesen miedo a comprar». También Óscar de la Renta, cuyos modelos rara vez bajan de los 5.000 dólares, ha lanzado una línea primaveral más modesta, con piezas desde 1.500. Lo nunca visto.

Tampoco corren buenos vientos para François Pinault, dueño de PPR, emporio que aglutina, entre otras grandes firmas, a Gucci, Bottega Veneta y Boucheron. Aunque la marca que resucitó Tom Ford marcha como un tiro de la mano de su sucesora, Frida Giannini, la prensa francesa continúa buscándole las cosquillas al marido de Salma Hayek. Duda de su capacidad para dirigir el rumbo de un grupo en estos tiempos de crisis, que ha llevado al cierre a más de 15.000 tiendas de ropa de hombre, niño y mujer en España en 2007 y 2008, el 20% de las que existían en 2006. Detrás de este desplome subyace la caída espectacular de las ventas, pero, como no hay mal que por bien no venga, 2009 se ha confirmado ya como el año de los 'outlets', al representar el 11% del total de la venta de la moda de lujo, el comercio 'on line' y el auge de las cadenas baratas.