El nuevo muelle ampliará y pondrá en uso el antiguo embarcadero de la fortaleza. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Muelle en el Castillo, ¿sí o no?

La sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz acoge mañana un coloquio entre expertos y afectados para analizar el proyecto La remodelación del embarcadero de la fortaleza de San Sebastián, a debate

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CÁDIZ. Dentro de unos días se publicará en el BOP el proyecto de reconstrucción del antiguo muelle del Socorro del Castillo de San Sebastián. Hasta ahora pocos conocen los detalles de la pasarela en la que atracarán los barcos cargados de turistas y personalidades durante los fastos del Bicentenario. El desconocimiento y la incertidumbre son los caldos de cultivo para el rechazo de cualquier propuesta. Que si ya estaba ahí, que si será una plataforma vital para el desarrollo del 2012, que impedirá la pesca o matará especies en extinción.

Hasta que se exponga públicamente, se sabe que se necesitarán siete meses y medio de unas obras que costarán 2,5 millones de euros, se dragará hasta 2 metros y se ampliará el muelle en 100 m2. También aumentarán la cota de coronación de la infraestructura actual en 1 metro y entrarán catamaranes de 1,2 metros de calado y 100 pasajeros. Están enterados los participantes del debate que se celebra mañana en la Asociación de la Prensa de Cádiz y en el que se analizará las ventajas e inconvenientes del futuro embarcadero.

Del lado de la oposición, los que abogan por estudiar la necesidad del proyecto antes de acometerlo. «A priori, si el titular es que se va a rehabilitar para sólo un evento y para traer turistas, mi posición es negativa», afirma el biólogo José Osuna. Para él, al igual que para el portavoz de Ecologistas en Acción, Daniel López, los usos del nuevo muelle deben ir más allá del 2012, siempre y cuando se respete la flora y la fauna presente en el mar. «Lo que más nos preocupa es el daño que se le pueda hacer a la piedra ostionera con el dragado», cuenta el portavoz. Según López, la infraestructura deberá valer como una vía de emergencia y como un punto más de la red de transporte intermodal que se prevé para el Bicentenario.

Muy alarmados por el daño y el impacto visual que provocará la presencia de la plataforma y los catamaranes fondeando La Caleta están los socios del Club del mismo nombre. Su presidenta, Carmen Bernal, comenta que hasta ahora Cultura no había permitido ninguna de sus propuestas y no entiende cómo esta, de mayor envergadura, sí va a salir adelante. «Lo que me da mucha pena es que se gaste tanto dinero para que después no sirva para nada. Tengo que ver cómo puede afectar realmente, pero si destruye alguna especie o daña nuestra piedra, no compensará en absoluto. Además, si se piensa que el fin último es el turismo, será un desastre, porque el gaditano no va a usarlo», subraya Bernal, quien mañana pedirá a Costas y los biólogos una amplia explicación sobre las obras.

La arqueóloga Gema Jurado, también presente en el debate de la APC, reconoce la necesidad de remodelar la estructura creada para que pasara por ella la reina Isabel II si se quiere poner de nuevo en funcionamiento, aunque argumenta que lo importante en este caso es saber si «merece la pena» hacerlo o no. «Las instituciones tienen la obligación de remodelar el castillo más allá del 2012», sentencia.