La desmantelación se está realizando de forma paulatina. :: J. FERNÁNDEZ
Jerez

El ocaso de la industria azucarera

En unos años, sobre el suelo de la vieja fábrica se levantará la zona residencial de mayor expansión en la ciudad Los operarios desmontan lo último que queda de la planta de Guadalcacín

JEREZ. Actualizado: Guardar
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La ciudad está siendo testigo con pesar del desmantelamiento paulatino de la azucarera de Guadalcacín. Desde que Ebro Puleva confirmara el cierre a finales de 2007, la fábrica ha cesado su actividad y todo apunta a que pronto tan sólo quedará un solar vacío apto para la construcción de viviendas. Otra de las industrias más señeras de la ciudad dice adiós a uno de sus pulmones dejando en solitario a la planta de El Portal, que afortunadamente ha podido resistir a pesar de la vertiginosa caída del sector.

La de Guadalcacín no ha tenido tanta suerte; de hecho, fue una de las primeras en experimentar las consecuencias de la reforma de la OCM del azúcar impulsada desde Bruselas, que bajó radicalmente los precios. Curiosamente, parecía que la que mejor iba a afrontar la crisis del sector era precisamente esta fábrica, dada la modernización de sus instalaciones y su gran capacidad de molturación.

Sin embargo, su ubicación estratégica acabó jugándole una mala pasada, pues en el último Plan General de Ordenación Urbana se incluyó la recalificación de todo el suelo de alrededor para construir viviendas. Una vez que se hizo oficial el anuncio de cierre, la actividad comenzó a decrecer especialmente a partir de marzo de 2008, cuando se firmó el acuerdo entre el comité intercentros y la directiva de la empresa.

Un acuerdo que no fue acogido de la misma forma por los diferentes colectivos afectados, pues mientras que los fijos de la azucarera se mostraron satisfechos con su traslado a El Portal, los fijos-discontinuos no ocultaron su decepción, pues la medida supuso su desvinculación total con la planta. La integración en la fábrica hermana de los más afortunados fue posible gracias a que la empresa pasó a considerar a los dos centros como uno solo, lo que tampoco benefició a los que estaban a las puertas de la jubilación, pues frente a una jugosa indemnización tuvieron que empezar de cero en otro trabajo.

Inversión empresarial

A finales de 2008, Ebro Puleva vendió su división azucarera a British Sugar por 526 millones de euros, lo que garantizó la continuidad del sector de la mano de la segunda compañía más fuerte del mundo. Por aquel entonces el cierre de Guadalcacín ya era un hecho, por lo que la operación supuso una inyección fundamental para la fábrica de El Portal, que se convirtió en un centro de referencia continental.

En la actualidad, el desmantelamiento del gigante industrial es más patente que nunca. Lo más positivo de su desaparición es que con ella también se acabará con las viviendas en ruinas que albergaban antiguamente a los trabajadores y sus familias. Una verdadera ciudad fantasma sobre cuyos cimientos se edificará, a buen seguro, una de las urbanizaciones más exclusivas del futuro.