Opinion

Colisión en Red

Zapatero se ve forzado a rectificar el alcance de los nuevos controles sobre las 'webs'

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La iniciativa del anteproyecto de ley de Economía Sostenible para impedir el acceso a archivos cuyo contenido esté sujeto a derechos de autor, facultando a la Administración para bloquear páginas 'webs' que incurran en una actividad supuestamente delictiva, ha provocado tal oleada de críticas de internautas, blogueros y especialistas que forzó ayer al propio presidente Rodríguez Zapatero a rectificar el alcance de la nueva norma anunciada por la ministra de Cultura. La controversia demuestra que el desarrollo de la Red y el constante aumento de sus usos y de sus usuarios desborda la legislación ideada para una era anterior, afecta posiblemente a la propia concepción del Derecho, y dificulta sobremanera la posibilidad de reglar el tráfico de información y contenidos en una realidad tan ilimitada. De ahí que recurrir al cierre de 'webs' por decisión administrativa, como medida drástica para impedir el ilícito que supondría vulnerar derechos de propiedad intelectual propios o cedidos contractualmente, constituye, de entrada, una alternativa excesivamente expeditiva frente a los desafíos que plantea la Red en la relación entre libertad y derechos de autor. Especialmente cuando el usuario carece de canales que le permitan acceder a todo aquello que pudiera estar dispuesto a abonar. Y cuando cada bloqueo gubernativo podría generar excesos, injusticias, y una polémica detrás de otra. El compromiso de Rodríguez Zapatero de que «no se va a cerrar nada» en Internet supone admitir que la supervisión judicial es imprescindible. Los artistas, los creadores y las compañías de contenidos están legitimados para defender sus intereses frente a la piratería. Pero de nada les servirá acotar la libertad en la Red si no consiguen desarrollar la creatividad, la producción y el negocio en ella. No obstante, quienes se erigen en portavoces del extenso mundo que representa Internet se cargarían de razón si, al reivindicar la libertad como la razón de ser y la consecuencia más valiosa de la Red, censuraran también el asalto sistemático que se produce a contenidos cuyo consumo está reglado por normas comerciales y de propiedad intelectual.