«No quiero indemnizaciones, sólo quiero que las cosas se hagan bien»

Del miedo a la confusión, del dolor a la paciencia. Han pasado ya casi 48 horas desde que Francisca Portilla sintiera en su nuca el aliento de uno de los morlacos, de figurantes a protagonistas, de la película Knight & Day y el estado de una de los dos heridas del encierro real que se vivió el domingo en el centro de Cádiz ha pasado por varias y dispares fases. Casi las mismas que el número de veces que Francisca ha tenido que lidiar con los medios de comunicación ya que, por el incidente, la auxiliar de clínica también ha asumido, a la fuerza, un papel en el reparto del accidentado rodaje.

Ayer, el peregrinaje de Portilla por las consultas médicas tenía parada en la clínica San Rafael para que la atendiera un nuevo facultativo por orden de la productora Calle Cruzada, que se puso en contacto con ella a última hora de la tarde del domingo para interesarse por su estado de salud y asegurarle que se harán cargo de la situación, indemnización incluida.

Sin embargo, la vecina de la calle María Arteaga asegura que espera cobrarse de otra manera el daño sufrido y el susto vivido. «Sólo quiero que se sepa lo que ha ocurrido, no tengo ningún interés en lucrarme, pero quiero que las cosas se hagan bien y se rectifiquen las que están mal hechas», cuenta desde su forzado reposo.

Y mientras eso ocurre, Francisca no descarta formalizar su denuncia contra productora y Ayuntamiento, aunque de éste valora el plante que le ha hecho a la otra suspendiendo el rodaje y exigiendo medidas de seguridad mucho más contundentes -también recibió la visita del concejal de Fomento-. «No digo ni que sí ni que no, depende de cómo vayan cursando los hechos y qué actitud toman unos y otros», asegura Portilla. Con dolores de cuello, pierna y lumbago, la auxiliar de enfermería continúa de baja. «Lo que nadie sabe es que yo tengo otros asuntos además del trabajo que no voy a poder realizar», lamenta.