La vena paternal de Hugh

A Hugh Grant le ha salido la vena paternal. Tanto es así que se confiesa listo para ser padre aunque, no lo oculta, lo suyo sería una paternidad cómoda, «con un ejército de niñeras» a su servicio. El problema es que, de momento, no ha encontrado a la mujer ideal para formar una familia, aunque él no pierde la esperanza y a buen seguro, que candidatas no le van a faltar.

Al parecer, el bueno de Hugh, que lo es al menos en sus películas, quiere acabar con su mala reputación, ganada a pulso con algunos episodios escabrosos (¿recuerdan las maniobras de aquella prostituta en su coche?), y su miedo al compromiso, que sufrieron en sus propias carnes algunas de sus ex parejas más conocidas, como la modelo Elizabeth Hurley o la millonaria Jemina Khan.

A sus 49 años, el actor británico ha confesado a la revista Parade que pretende sentar la cabeza y que su experiencia con sobrinos y ahijados le ha hecho ver «que no soy tan malo con los niños como solía ser». Así que el convencimiento que tenía hace diez años sobre su fobia a dejar descendencia se ha desvanecido y ahora alberga «un pensamiento» distinto. Nunca es tarde.