Hartas

A pesar de estar hartas, seguimos reivindicando, diciendo y gritando. A pesar de que el estado, a través de la Ley Orgánica 1/2008 de 28 de diciembre, de medidas de protección integral contra la violencia de género, piensen que es suficiente sólo hay que leer las dos primeras páginas de esta ley para darse cuenta de que no se ha hecho nada.

¿Es el estado de un maltratador de mujeres también? Si, porque nos invisibiliza, permite esta violencia. Lo que no funciona es la Ley en sí, sino todo el entramado social que hace que esta no se cumpla. Llama la atención que año tras año, siga aumentando el número de mujeres asesinadas. Unas sociedad jerarquizada, discriminatoria, patriarcal y capitalista, que basa su subsistencia en el mantenimiento de las desigualdades y la violencia como algo natural, integrándola en un sistema insolidario con el fin de perpetrarse. Desde CGT queremos que las cosas cambien. Por eso denunciamos la poca efectividad de esta ley, que desde su título I no hace más que enmascarar lo que vemos todos los días.

Donde podemos comprobar la ineficacia en todos los ámbitos, educativos no se ha elaborado ninguna asignatura sobre igualdad efectiva ni resolución pacífica de conflictos; sanitario, los profesionales tienen un protocolo en el que hacen partes judiciales cuando atienden a alguna mujer con síntomas de haber sufrido una agresión, pero sigue haciendo falta la denuncia de la mujer. También hay que hacer mención a los servicios telefónicos de atención al maltrato, ya que las llamadas deben ser en castellano, que no se le ocurra llamar a ninguna mujer árabe, rumana o inglesa que no entienda bien nuestro idioma, porque entonces les pasan con la empresa que han encontrado para traducir, con lo cual se pierde un tiempo importante entre la vida o la muerte. Harta ya de estar harta, ya me cansé, que con mi sangre especulen los políticos y negocien las empresas.