Los empleados boicotean una obra en la residencia de ancianos de La Granja

Una veintena de trabajadores de la residencia de pensionistas de La Granja boicoteó ayer durante más de media hora las obras de acondicionamiento de uno de los despachos del centro. Como informaron algunos de los implicados a este medio, la indignación de la plantilla creció cuando les comunicaron que se iba a ampliar la oficina del jefe de cocina, quitando parte del comedor destinado al descanso de los trabajadores.

El enfado de éstos no reside tanto en el hecho en sí como en la insistencia de la dirección de la residencia de que «no haya dinero para cosas primordiales, y ahora resulta que sí lo hay para ampliar el despacho de alguien que encima ya tiene dos oficinas». Como relataron los afectados, aprovecharon el descanso de su jornada laboral para impedir que los obreros desarrollaran su trabajo, pero tuvieron que volver al tajo ante las «amenazas de la administración» de abrir un parte a quien participara en la protesta.

«No se están cubriendo las bajas, hay falta de personal, tenemos vestuarios tercermundistas y están quitando grifos de una planta para ponerlos en otra, porque no hay dinero. Tampoco hacen la obra grande de la residencia que estaba prevista desde hace años; parece que se están cachondeando de nosotros».

Esperando la gran reforma

Como se recordará, en el centro se ha cerrado alguna que otra planta y se han ido acondicionando las instalaciones y a los residentes para la reforma integral a la que se someterá el recinto. Sin embargo, los años pasan y la obra sigue sin materializarse, ante la incomodidad de los reubicados, como denuncian los trabajadores, y las numerosas goteras del edificio, que aseguran parecen multiplicarse por momentos.

A pesar del miedo a que las reivindicaciones les perjudiquen en sus puestos de trabajo, los empleados no cejarán en su empeño y seguirán protestando por algo que consideran injusto. Por ello, en el día de hoy uno de sus representantes acudirá a la Delegación provincial de Bienestar Social con el fin de entrevistarse con algún responsable que pueda ofrecerles las explicaciones oportunas, pues afirman que el director está de vacaciones y no hay quien atienda sus quejas. De paso, los trabajadores preguntarán cuándo se acometerán las reformas tan necesarias para la residencia.