CRÍTICA DE TEATRO FICHA

Júbilo

EL PUERTO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Durante la segunda jornada de la 3ª Muestra de Teatro Andaluz, las compañías Histrión y Teatro del Velador han sorprendido y entusiasmado a un público entregado y reconocedor de las excelentes propuestas presentadas. Ambas compañías han mostrado madurez en su manera de hacer Teatro. Los granadinos, después de su estancia en Argentina con el prolífico Daniel Veronese, se han lanzado a experimentar con un planteamiento alejado de maquillajes, imposturas o parafernalias (tan comunes en nuestras carteleras), y se atreven con un Teatro de mayor compromiso y calado social.

Por otro lado, la compañía que dirige Juan Dolores Caballero el Chino, parece haber dado con la clave de lo que siempre había sido un handicap en su teatro: personajes con taras y postizos sumidos en la exageración y el grotesco. Ahora en Droppo, los sevillanos logran distanciarse de este tipo de personajes, y se centran en las peripecias de los mismos. En el resultado de ambos trabajos, el de Histrión y Teatro del Velador, se perciben ciertas similitudes que no son tan evidentes: han potenciado el planteamiento situacional de la estructura dramática, lo que ha acarreado una presencia más compleja en sus personajes. Similitud también ha habido en la complicidad latente entre los actores de cada reparto y una defensa fiel y entregada en sus particulares proyectos. También se ha hecho evidente el trasfondo social en ambas propuestas por medio de caracteres hundidos en la marginalidad.

Un día extraordinario

No es un día como todos el que vive Gómez hoy. Sin saber cómo, se encuentra tras 20 años, en casa de una ex novia: le han secuestrado y allí le dejan. Ésta es la situación con la que Los corderos mantiene al público en tensión gracias al excelente trabajo de un reparto que sabe transitar por silencios, pausas, y gestos mínimos, logrando una interpretación casi naturalista y acertada. Sutil e interesante interpretación poco común en nuestros teatros. Éste hallazgoo es producto de una estructura dramática inteligente que trasciende las puertas de la casa en la que suceden los hechos y que nos habla de personajes ligados a su entorno y devenir social.

Un día cualquiera

Como si de personajes sacados de una película de Emir Kusturica se tratase, los cuatro habitantes de Droppo conviven en un caótico y sui generis orden doméstico que va atrapando al espectador minuto a minuto. En ésta casa, sus personajes, inmigrantes o apátridas de todo, se bandean entre miserias, deseos y frustraciones en una historia sin palabras en la que el humor es la tónica imperante. Con un ritmo excelente, el trabajo actoral despunta y brilla con momentos tremendamente divertidos. Llamativo es el talento de este reparto que igual canta que actúa o hace pantomima. Soltura, ingenio y talento en un montaje que llegará muy lejos y que sin duda será un precedente en la escena andaluza.