Este deportista es un enamorado de las motos de gran ciclindrada. / ÓSCAR CHAMORRO
Deportes/Mas-Deportes

La roca gaditana, rumbo a Polonia

Enrique Cuevas, campeón de España de culturismo en la categoría máster, apura su preparación de cara al Mundial que arranca el viernes

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nada de agua. La musculatura de su cuerpo tiene que estar muy bien definida. Quedan tres días para que comience la competición y Enrique ya ha suprimido de su dieta ese líquido elemento que es tan indispensable para cualquiera. Concienciado y entusiasmado por la oportunidad que se le presenta, este gaditano sabe que la disciplina requiere mucho esfuerzo pero es vital para obtener buenos resultados. La proporción y la definición son cualidades indispensables. Es lo que prima.

Polonia será testigo del dictamen de los jueces. El Campeonato del Mundo de Culturismo que se celebrará desde el viernes hasta el domingo reunirá a los mejores de cada país. Los más constantes, los fisicoculturistas más proporcionados estarán en una cita en la que no faltará representación gaditana.

Competir, una pasión

Enrique Cuevas Sevilla tiene claro que lo que más le gusta de todo esto es competir. «Para llegar hasta aquí hay que estar muy mentalizado. Fundamentalmente hay que tener un objetivo que para mí sería ganar el Mundial. Pienso que si me meto en la final ya tengo muchas posibilidades. Competir es algo que me encanta», comenta. En Albacete, donde recientemente conquistó el título de Campeón de España, Cuevas demostró que no tiene rival. «Fue bonito ganar allí. Ha sido el primer campeonato al que he acudido después de una grave lesión que he tenido y ha sido de película». Además el gaditano confiesa: «No sigo la competición mientras que se celebra. Prefiero no ver a los rivales. Me motiva más la sorpresa».

Para llegar en buenas condiciones hay que entrenar al menos durante ocho o diez meses. Este gaditano se ejercita más de dos horas diarias con pesas y bicicleta. Pero lo fundamental es la dieta. «El 90% de la preparación es la comida. Tengo que comer cada 3 horas, como un bebé. Con este deporte te haces un experto en nutrición». Hasta el mismo viernes Cuevas tiene que cuidar cada detalle de su cuerpo para lucir su mejor aspecto en este Mundial. Al margen de suprimir el agua, introduce los carbohidratos y la noche antes del inicio de la competición recurre a la comida basura en grandes cantidades. «Hay gente que se pasa y se compra veinte hamburguesas por ejemplo, pero aunque suene extraño es así, justo antes de competir se hace una carga brutal».

Para salir a escena hay que mantener la calma. Cuevas insiste en que se respira un muy buen ambiente en estas citas. «Cualquier cosa que te pase te puede hacer perder todo el tiempo de trabajo. Puede que no te encuentres bien por algo y los músculos no estén bien definidos». La preparación del cuerpo también requiere un minucioso trabajo previo. «Hay que pintarse con una crema hidratante y es un rollo un poco incómodo porque después te llevas tres o cuatro días perdiendo color y la gente te mira extrañada. Los mismos que participamos nos pintamos unos a otros».

De Mágico a Abramovich

A sus 45 años este fisicoculturista nacido en Cádiz quiere demostrar su potencial y destacar entre la dura competencia que encontrará en los representantes de otros países. «Polacos, rusos, búlgaros, tunecinos... todos son rivales muy fuertes. El estado anímico será fundamental allí».

Cuevas ha defendido siempre el culto al cuerpo. El gaditano fue futbolista durante un tiempo en el que jugó en el Portuense, el Mérida y el Cádiz. Aunque no le resulta grato recordar aquellos años sí que conserva en la memoria algunas anécdotas vividas junto al inolvidable Mágico González. Cuesta se deshace en elogios hacia el salvadoreño: «era demasiada buena persona». Pero una lesión le obligó a apartarse de ese mundo. Fue entonces cuando empezó a entrenar en el gimnasio y muy joven recaló en una escuela de fútbol de Barbate. Tras más de una década en esa localidad, Enrique Cuevas empieza a ejercer como vigilante privado y eso le lleva a conocer al gran magnate ruso Roman Abramovich. Con él cambia su vida y hasta llega a convertirse en asesor personal del dueño del Chelsea. «Aprendía muchísimo con él y quería que me quedara. Él es asesor técnico del equipo ruso de culturismo. Pero yo quería volver y eso que Moscú me encanta y se vive bien. Es increíble cómo los mejores músicos se encuentran en el metro de esa ciudad».

Ahora Enrique trabaja para Escualo Seguridad SL y gracias al apoyo de su empresa puede optar al título mundial. «Tengo mucha suerte porque se trata de un deporte muy caro y además me dan todo tipo de facilidades para que pueda acudir a los campeonatos».

Muy poco queda ya de aquel joven inexperto que con apenas 24 años participaba por primera vez en un torneo de culturismo en El Puerto. Enrique Cuevas, la roca gaditana, afronta la cita con las garantías propias de la experiencia. Y cuando vuelva tendrá su merecida recompensa en forma de una espléndida paella. Por si acaso, ya ha reservado mesa.