El líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo (en primer término) y el de UGT, Cándido Méndez, antes de comparecer en Madrid para presentar sus propuestas para el empleo, los salarios y el excedente empresarial. / Efe
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Los sindicatos abren la puerta a una reforma laboral si hay acuerdo en la negociación colectiva

CCOO y UGT ofrecen a la patronal un pacto que garantice el mantenimiento del empleo, el poder adquisitivo de los trabajadores y la redistribución de los beneficios de las empresas

MADRID Actualizado: Guardar
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Hasta ahora las centrales sindicales se oponían a abordar cualquier reforma laboral; hoy el discurso ha variado sensiblemebte porque tanto Comisiones Obreras como la Unión General de Trabajadores supeditan esa reforma a un acuerdo de negociación colectiva para el próximo trienio. Es un cambio de postura mínimo y con matices porque tiene condiciones: esa reforma no debe incluir recortes en los derechos de los trabajadores.

Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, ofrecen a la patronal un acuerdo tripartito que garantice el mantenimiento del empleo, el poder adquisitivo de los trabajadores y la redistribución de los beneficios de las empresas para mejorar su estructura productiva. Así lo han explicado en una rueda de prensa en la que han presentado su propuesta.

Méndez ha subrayado que en esa "eventual" reforma "hay otros puntos más interesantes que volver a discutir sobre temas donde nos hemos encallado", entre los que citó los despidos y las contrataciones. "Las reformas no tienen por qué ser recortes", ha apuntado el dirigente de UGT, que advertía que "eso no lo compartiremos nunca". Desde Comisiones, Toxo ha destacado que se requiere un clima de "confianza, normalidad y cumplimiento de lo pactado" para analizar posibles reformas del mercado de trabajo y para recuperar el diálogo social tripartito, en el que interviene también el Gobierno.

Posiciones encontradas

El pasado julio, el Ejecutivo y las organizaciones sindicales y empresariales no consiguieron cerrar un acuerdo de diálogo social, proceso que ahora se pretende reanimar con el pacto de patronal y sindicatos en negociación colectiva. Entre los motivos que imposibilitaron el acuerdo de diálogo social, se encuentra el planteamiento de la CEOE de introducir reformas "estructurales", entre ellas la del mercado laboral, basada en su propuesta de contrato "indefinido fijo". Los sindicatos critican esta posición porque creen que abarata el coste del despido y en su lugar proponen reformar, entre otras cosas, la estructura interna de las empresas y las políticas activas de empleo.

Antes de retomar el diálogo social, quedan por resolver unos 1.500 convenios pendientes de aplicación o renovación en 2009, situación que los sindicatos quieren desbloquear y poder firmar en las próximas semanas un acuerdo interconfederal de negociación colectiva, que entraría en vigor el 1 de enero de 2010. En opinión de Toxo, 2010 será todavía un año "complicado" para la economía y el empleo, 2011 debería ser el inicio del despegue económico y 2012 marcará la consolidación de la salida, por lo que es conveniente un acuerdo que dé "estabilidad" a la economía y al empleo.

Según su propuesta, hace falta erradicar la temporalidad injustificada y subir los salarios entre el 1% y 2% para 2010, tomando como referencia el aumento de las pensiones introducido en los Presupuestos Generales del Estado y la previsión de inflación del Banco Central Europeo (BCE). Tambiém se defiende el mecanismo de la cláusula de revisión salarial con el fin de garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores. Tanto CCOO como UGT creen que este acuerdo daría una "estabilidad importante" a la economía española y haría "compatibles" las ganancias empresariales y los derechos de los trabajadores.

Además, en el documento se pide contener los salarios de los directivos o reducir las retribuciones variables en las empresas con expedientes de regulación de empleo (ERE), reducción de puestos de trabajo o descuelgue del incremento salarial pactado.