Sáenz de Santamaría, Rato, Montoro, Rajoy y Cospedal sonríen ayer relajados antes de una conferencia del portavoz económico. / EFE
ESPAÑA

Rajoy echa al lugarteniente de Gallardón para terminar con el 'derbi madrileño'

Cospedal afirma que Aguirre cometió un «error tremendo» al faltar al Comité y reitera que es la dirección quien hace las listas electorales

MADRID Actualizado: Guardar
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«La dirección nacional ha dicho basta ya al 'derbi madrileño'», dijo Esteban González-Pons en rueda de prensa, en el día después del traumático Comité Ejecutivo del PP celebrado el pasado martes. El vicesecretario de Comunicación tomó prestado de Alberto Núñez Feijóo el término deportivo con el que el presidente de la Xunta se refirió a la bronca que protagonizan los dirigentes de Madrid. Con la intención de apagar definitivamente el fuego de esa contienda que amenaza con prolongarse 'sine die', Mariano Rajoy echó del partido al vicealcalde Manuel Cobo.

El Comité de Derechos y Garantías anunció la suspensión cautelar de militancia de Cobo apenas dos horas después de su comparecencia ante su presidente y su secretario general y tras haberlo solicitado así la presidenta del comité disciplinario del PP de Madrid, Cristina Cifuentes. La dirigente 'aguirrista' reclamó una actuación urgente de la dirección nacional y la consideración de las declaraciones del vicealcalde con la categoría de falta grave o muy grave por entender que fueron «injuriosas y calumniosas». Cabe entender que así ha considerado el Comité de Garantías el comportamiento del edil madrileño al imponerle como medida precautoria la suspensión temporal de militancia, en tanto se sustancia el expediente que, como mínimo, podría saldarse con una expulsión de un año. Al dejar el partido, Cobo abandona también el Comité Ejecutivo donde el martes dio un nuevo motivo de enfado a los dirigentes que pidieron el fin de las hostilidades en el PP de Madrid.

González-Pons se hizo ayer eco de esa demanda casi unánime y lamentó que, mientras aumentaba la cifra de parados en España, el PP se mirara el ombligo. «Nos pasamos cuatro horas discutiendo sobre nosotros mismos», dijo quejoso. «Que sea la última vez, esto no puede volver a ocurrir», es la consigna que repiten los populares en estos días. Mientras, el lío de Madrid sigue sin resolverse.

La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, no se sustrajo al asunto y, tras aparcar su antigua amistad con Esperanza Aguirre, expresó su decepción por el plantón de la presidenta madrileña al Comité Ejecutivo. «Fue -dijo en la Cope- un error tremendo; habría sido más coherente y respetuoso que todo el mundo hubiera estado presente». La número dos del partido reconoció que los ciudadanos perciben una «lucha por el poder» y, también en ese sentido, consideró que habría sido bueno para la presidenta defender sus posiciones.

Como elemento de presión para zanjar las disputas, González-Pons y Cospedal esgrimieron las candidaturas municipales y autonómicas. La número dos del partido recordó que son el presidente y la dirección nacional «los que tienen la última palabra en todo, también en las listas electoraels»

El vicesecretario de Comunicación fue más lejos al establecer los requisitos que se van a valorar para poder competir en unas elecciones. «El presidente nunca tomará una decisión injusta y elegirá (para las listas) a los mejores, los más audaces, los más prudentes, los más fieles y los más leales», afirmó.

Condición

Las críticas a Aguirre se multiplicaron entre los dirigentes de la cúpula popular al tiempo que se preparaba la sanción al lugarteniente de su adversario interno. Pero mientras Cobo declaraba ante el Comité de Garantías, la presidenta de Madrid se negaba a opinar.

El alcalde tampoco quiso pronunciarse cuando conoció la sanción a su hombre de confianza y se limitó a afirmar que «dedicarse a la política puede traer momentos ingratos que tienes que superar». Fuentes municipales transmitieron los primeros comentarios del político sancionado, que «acepta y acata la decisión del Comité de Garantías como siempre aceptó y acató las decisiones de la dirección nacional».

El malestar de Génova y de todos los 'barones' autonómicos con Cobo -no sólo por su entrevista en 'El País' sino por la pertinacia con la que mantuvo sus acusaciones a Aguirre en el Comité Ejecutivo- permite deducir que se verá obligado a dejar también el cargo en el Ayuntamiento.

Aunque el alcalde aseguró hace unos días que una cosa no llevaba a la otra, las fuentes antes citadas explicaron ayer que ese comentario de Gallardón se produjo en un contexto distinto.