El acusado permanece en la cárcel desde mayo de 2008. / JESÚS CABELLO
Jerez

Los forenses: «Francisco está en su sano juicio»

Los especialistas aseguran que el acusado supo «perfectamente» lo que hacía al acuchillar a María Juana López

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Francisco no padece anomalías que afecten a su capacidad mental. Ésta fue la conclusión que defendieron ayer los psicólogos y médicos forenses que han valorado al único acusado por asesinar a la jerezana María Juana López, en mayo de 2008. Los especialistas coincidieron ayer en sus declaraciones ante el juez después de haberle realizado a Francisco G. A. varias entrevistas: es una persona «nerviosa, impulsiva y con un deterioro asociado a la edad y a un accidente cerebrovascular anterior», indicaron.

«Las declaraciones de los médicos han sido muy ilustrativas -según explicó el abogado de la acusación, Pedro Pérez- y dijeron que este hombre es capaz de obrar y conocer, y que no presenta anomalías psicológicas». Concretamente, explicaron que la personalidad del imputado «tiende a frustrarse» y a responder de forma agresiva debido «a su poca formación y a una capacidad de inteligencia no elevada». La segunda sesión del juicio por la muerte de María Juana, de 66 años, transcurrió sin incidentes. Como el día anterior, los familiares de la víctima siguieron el proceso en la misma sala de vistas de la Audiencia Provincial.

Las pruebas periciales

María Juana no se pudo defender de la agresión que acabó con su vida. Es lo que indican las pruebas periciales aportadas por la médico forense que levantó el cadáver pocas horas después del ataque. La forense declaró ayer en el juicio que María Juana recibió la puñalada mortal en el cuello «cuando ya estaba semiacostada o tumbada en el suelo», como así indicaron los restos de sangre que había en la pared y en el escalón cercanos. Hay que tener en cuenta que el primer golpe que María Juana recibió fue un macetazo en la cabeza, que le provocó un traumatismo y que la dejó incapacitada para defenderse.

Sin señales

Los peritos que realizaron la autopsia apuntaron también las mismas conclusiones: no hubo cortes en las manos ni en los antebrazos que indicaran que María Juana intentara defenderse. La víctima murió desangrada a causa de la cuchillada que le rompió la carótida. «La lesión fue certera y demuestra la fuerza del imputado», insistió ayer el letrado encargado de la acusación.

Por su parte, el abogado defensor argumentó -tal y como había declarado Francisco G. A. en la sesión anterior- que el acusado sufrió un «trastorno mental transitorio» en el momento de los hechos, tras mantener una discusión con la víctima y sentirse «engañado», según sus propias palabras. El acusado pidió intervenir ayer al final de la vista pero el juez le denegó esa posibilidad. El letrado de la acusación y el abogado defensor se ratificaron ayer en las conclusiones preliminares: homicidio o asesinato.

La de ayer fue la segunda sesión del juicio por el crimen de María Juana López, que falleció en su casa del Pago San José. La víctima había presentado hasta cuatro denuncias por amenazas contra Francisco, con el que había mantenido una relación sentimental.