Opinion

Tipología de militancia política

Jerez Actualizado: Guardar
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Andaba por una de las tertulias en los llamados Martes de Juan Carlos cuando acertadamente uno de los inquietos convocados nos dio una lección de lo que él entendía era la topología de militancia política en general y en particular en la mía como la del PSOE. Distinguía entre los militantes con perspectiva (los llamados trepas (que le es más eficaz abarcar al concejal de turno en el bar para conseguir sus fines que arrimarse por la sede a currar de gratis. Después están los que se afilian al partido como coleccionista de carnet que visten, que trabajen otros (son los llamados sólo en elecciones para cubrir las mesas). Y por último están los inquietos entre los que nos incluíamos los allí presentes, según este compañero tertuliano. Para estos últimos no suele haber espacio, no hay ganas de escucharlos, ni de que las conclusiones de nuestros debates las escuchen los compis del sillón. A estos compis los quiero animar desde esta carta pública. Creo que quien nada a contracorriente sabe con certeza que está vivo. Y creo que lo estamos pese a quien le pese. Se trata, desde luego, de un ejercicio nada fácil, pues la energía que el nadador a contracorriente emplea en cada brazada no se corresponde con un avance proporcional; y basta con que flojee en su ímpetu para que la tentación del desistimiento haga mella en él. Quien nada a favor de la corriente (son la mayoría de los 66 compañeros que están en la ejecutiva para calentar los asientos), en cambio, no tiene que molestarse en bracear; y ni siquiera es preciso que esté vivo, pues la corriente seguiría arrastrándolo como si tal cosa. Las grandes batallas del pensamiento, las conquistas que han ensanchado el horizonte humano, siempre se han librado a contracorriente; y, con frecuencia, quienes se atrevieron a protagonizarlas fueron contemplados por sus contemporáneos como retrógrados, incluso como peligrosos delincuentes. Pero, junto al rechazo o incomprensión de su época, estos pioneros que osaron contrariar el «espíritu de los tiempos» pudieron proclamar con orgullo que estaban vivos. La idea de crear una corriente de opinión que alguien lanzó no estaría mal. Claro que estaría basada en el aperturismo total a la incorporación de compañeros y compañeras y por otro lado la transparencia y el consenso en todos los pensamientos. Creo y apoyo esta idea.