La última carta sobre la mesa

Es el único recurso que les queda, la última carta que pueden poner sobre la mesa para intentar recuperar su dinero, en unos casos, o lograr la vivienda que tanto anhelan, en otros. Por ello, los afectados de la promotora Aifos se personaron el pasado lunes en el juzgado Mercantil de Málaga para presentar sus créditos dentro del concurso voluntario de acreedores al que está sometido la empresa. El plazo para poner en conocimiento de la autoridad judicial el dinero que la promotora adeuda vence hoy y hasta la fecha han realizado tal trámite más de un centenar de propietarios del conjunto de viviendas de Cala del Sol, situado en la Ronda del Estero y que acumula dos años de retraso en la entrega de los pisos.

Todo ello dentro de una partida convulsa pues todavía se espera la resolución del juzgado de Instrucción nº 3 de San Fernando que debe determinar si la petición de nulidad formulada por Aifos sobre la subasta que se realizó del bloque uno es válida o no. En dicha subasta, los 208 pisos y 160 garajes pasaron a manos de Benito González, primer propietario que denunció su situación.

Pase lo que pase no todo está perdido para los afectados que han decidido presentarse al concurso. Si González es finalmente el dueño del edificio tiene cerrado ya un acuerdo con la entidad bancaria que financiaba la actuación para terminar la obra. Si la balanza se inclina finalmente a favor de la promotora, la gestora creada para desarrollar el concurso de acreedores puede decidir terminar el edificio con los pocos recursos con los que cuenta la empresa o incluso llegar a un acuerdo con los propietarios para que pongan la parte correspondiente para la total ejecución de los trabajos. La última alternativa es la más temida por los demandantes ya que significaría que la construcción pasase a otras manos y ellos lo perdiesen todo. Hay que recordar que son los últimos de una larga lista de acreedores que reclaman a la promotora. Además el proceso puede verse ralentizado debido a que se ha recurrido la formación de la gestora al estar en ella un abogado y un administrador que defendieron en anteriores causas los intereses de Aifos.

Distinta situación es a la que se enfrentan los propietarios del bloque dos. Ésta continúa siendo una estructura de ladrillos y le falta aún casi un año para que las obras concluyan. Para ellos la única opción es el dinero.

El colectivo de afectados se guarda varios ases bajo la manga a la espera de ver qué rumbo toma la situación en la que se encuentran actualmente. Y es que, la guerra aún no ha terminado.

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