Zapatero, junto a su mujer y sus dos hijas, en la recepción que ofrecieron los Obama el jueves en Nueva York. / R. C.
ESPAÑA

Una foto, un gran error

Zapatero pide a los medios que sigan respetando la intimidad de sus hijas pero el posado de Laura y Alba junto al matrimonio Obama quiebra cinco años de tranquilo anonimato

COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Ni cambio climático, ni crisis económica planetaria, ni rearme nuclear. Al final, de la participación del presidente del Gobierno español en la Asamblea General de Naciones Unidas y en el G-20 se recordará la anécdota y no el fondo. La imagen de Laura y Alba, las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero y Sonsoles Espinosa, ha sacudido los medios de comunicación españoles e incendiado Internet. Su posado oficial junto a sus padres y al matrimonio Obama, anfitriones de la doble cita mundial, ha desbaratado además cinco años de tranquilo anonimato de las crías. «En cinco años algo puede pasar», admitió anoche Zapatero, antes de agradecer que los medios, en este periodo, «hayan preservado la identidad de mis hijas». «Espero que este comportamiento se mantenga de ahora en adelante porque son menores», remachó el presidente.

«Equivocación», «imprevisión», «falta de reflejos», «censura»... Ayer, las reacciones daban para un tratado, y los comentarios y montajes gráficos en la red, algunos de dudoso gusto, suscitan preguntas sobre los borrosos límites de la información en la era digital. La foto fue un error de cálculo, ingenuo quizá, aliñado con buenas dosis de desconocimiento de cómo las nuevas tecnologías han demolido muchas barreras.

La imagen fue tomada en la madrugada del jueves, hora española, por el fotógrafo oficial de la Casa Blanca, Lawrence Jackson, durante la recepción que Barack y Michelle Obama ofrecieron a los líderes mundiales en el Metropolitan de Nueva York. La instantánea se colgó, como todas las demás, en la galería que el Departamento de Estado tiene en la web de la red social flickr, un contenedor de fotografías abierto a cualquiera. Dos horas después, la foto de la pareja presidencial estadounidense y la familia Rodríguez Zapatero-Espinosa al completo había desaparecido a petición del equipo de Moncloa, que explicó a la Casa Blanca la renuencia del presidente español a mostrar en público a sus hijas.

Dos horas son una eternidad en la red. Medios digitales internacionales recogieron la imagen y la difundieron con las dos chicas a cara descubierta. Las redes sociales (Twitter, Facebook, Tuenti) empezaron a echar humo y aún ayer mostraban a ambas sin distorsión alguna. En España, 'El Mundo' y 'ABC' la llevaron ayer a portada en sus ediciones impresas con el rostro de Alba y Laura pixelado para dificultar su identificación. Luego se supo que había otras fotos de ambas, captadas horas antes por un fotógrafo de EFE en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, que la agencia decidió no publicar.

EFE niega haber recibido presiones de Moncloa. Tampoco hubo «autocensura», dice en un comunicado emitido por la dirección. En la nota reitera su independencia de criterio. Las fotos propias tomadas en el edificio de Naciones Unidas se guardaron en concordancia con las normas deontológicas de la agencia y con las limitaciones que la Ley de Protección Jurídica del Menor (1996) pone a los medios a la hora de difundir datos susceptibles de dañar la intimidad y el derecho a la propia imagen de menores de edad. En el caso de Laura (16 años) y Alba (13), sus padres han reiterado a menudo su negativa a exponerlas al público, y su postura «es conocida por la profesión periodística española», subraya EFE. Pero para el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, la responsabilidad última es del presidente del Gobierno.

Debate

La difusión de la foto con los Obama reabre un debate múltiple. ¿Hasta dónde llegan las obligaciones de los medios? ¿Debe intervenir de oficio la Fiscalía en éste y otros casos semejantes? ¿Quién controla Internet? Sobre lo primero, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Magis Iglesias, no duda en cargar con la cruz de este episodio al presidente del Gobierno. «Las ha integrado en un séquito oficial y lo oficial es público», asegura. Los medios españoles que han reproducido la imagen «han cumplido con su obligación de preservar la identidad de las niñas al pixelar su rostro», apostilla.

Cuestiones de oportunidad política al margen, la intervención de la Fiscalía se antoja improbable. Las sentencias demuestran que no hay dos casos iguales en función de las circunstancias, si es un ámbito público o privado, si los padres consienten o no... El caso es que ahora Laura y Alba tienen cara y un aspecto que las distingue allá donde vayan. Las únicas imágenes conocidas fueron publicadas por 'Diez Minutos' en verano de 2004, donde aparecían con el rostro velado en un yate con sus padres. En julio de este año se las vio disfrazadas, bailando encantadas en la carroza del PSOE durante la fiesta del Orgullo Gay en Madrid, pero no trascendió. Y en círculos restringidos se conocían sus gustos góticos y heavy metal, revelados entre otros por Txus, cantante del grupo Mägo de Oz, del que ambas son fanáticas.