vuelta de hoja

Nuestros protectores

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Los retos políticos hay que afrontarlos con sosiego: es la única forma conocida para, además de perder la batalla, no perder los nervios. Varios cambios tranquilos se traman para un futuro inmediato, o sea, para cuando el verano se refugie en sus cuarteles de invierno. El más importante, sin duda, es el de atender a los parados sin protección, ya que son muchos, aunque menos numerosos que los insuficientemente protegidos. El ministro de Trabajo ha tenido el valor necesario para decir que «ha sido el sector financiero el que nos ha llevado hasta esta situación» y que abaratar el despido, incluso regalándoles pañuelos a los que digan adiós, no solucionaría la crisis económica.

Hay que ayudar a los que se quedan de brazos cruzados, no sea que les vaya a dar por meter las ociosas manos en nuestro plato. De ahí la medida de suprimir los anuncios en TVE. Conviene que los desempleados tengan ocupado todo su tiempo libre, pero eliminar la publicidad puede acarrear nuevos inconvenientes. Muchas veces hemos deplorado que se interrumpan algunos anuncios ingeniosos para reanudar una película que es una verdadera tabarra. Por otra parte, hay mucha publicidad que no confiesa su nombre y ya se sabe que la televisión nos mete en casa a algunos políticos y a otros protectores nuestros a los que tratamos de evitar en la calle.

No sólo la injustamente llamada caja tonta y las Cajas de Ahorro van a cambiar en otoño. El ministerio de Sanidad quiere que se endurezca la ley contra el tabaco cuando los pirómanos hayan acabado de quemar los pocos territorios que les quedan. No deja de ser una manera de luchar contra los humos. Creo que el de los cigarrillos es malísimo.