Un momento del Floridance 2009. /LAVOZ
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Los organizadores del Floridance afirman que no tenían establecido límite de sonido en el Festival

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Hostigada desde distintos frentes, la empresa Millenium Eventos, organizadora del Floridance 2009 (el Festival de Música electrónica celebrado el pasado sábado en el Estadio José del Cuvillo) ha decidido romper su silencio y contrarrestar las críticas vertidas por parte de los vecinos y la Policía Nacional e incluso corregir algunas afirmaciones del Ayuntamiento, de quien dicen tener «palabras de agradecimiento».

Aldo de Salis, promotor del macroconcierto, niega haberse excedido de la hora de finalización establecida por el Consistorio. Frente a lo afirmado por la Policía y los vecinos, De Salis asegura que en el decreto por el que se autoriza el evento se especifica que éste «tenía autorización hasta las 6.00 horas y no hasta a las 5.00 como se ha dicho».

Pero lo más importante tanto para él como para su socio, Antonio Sánchez, es dejar claro que ellos no promueven el consumo de drogas. De Salis volvió a insistir en que «en el Estadio no entró nadie con droga ni armas porque hubo cacheos exhaustivos». Acerca de la limpieza, contesta que «contratamos once operarios para limpiar los aparcamientos del estadio, que fue lo que pactamos verbalmente». Sobre la basura acumulada en el entorno de Las Viñas como consecuencia del botellón, asegura que «no era responsabilidad nuestra pero la limpiamos el lunes después de que nos lo pidiera por teléfonos el domingo el concejal de Juventud». En este sentido, reiteró el cumplimiento de sus compromisos con el Ayuntamiento dado que «en la zona que teníamos a nuestro cargo, la de los aparcamientos, impedimos que se hiciera botellón».

Otro punto conflictivo fue el volumen de la música. Tras pedir perdón a los vecinos, De Salis se justifica recalcando que en el decreto de Alcaldía «no se aludía a ninguna limitación de la potencia de los equipos de sonido» que, según él, «se trató de controlar lo máximo posible».

Finalmente, Sánchez mostró su sorpresa ante «la lectura negativa que se ha hecho de un acontecimiento que es bien recibido en otros lugares de España donde se celebra». En este sentido, comenta que «se podría tener en cuenta que en plena crisis económica dimos trabajo a 500 personas trayendo a El Puerto a los mejores grupos del mundo de esta música».