ANDALUCÍA

La estrategia de las fobias

Esperanza Aguirre se une a la lista de dirigentes de PP y PSOE que han prendido la mecha del 'nacionalismo andaluz' con alguna declaración desafortunada

| SEVILLA Actualizado: Guardar
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El nacionalismo andaluz oficial languidece en la frialdad del anonimato que acompaña a las formaciones extraparlamentarias, a las que el PA se incorporó a su pesar tras los comicios autonómicos de 2008. El 28 de febrero se celebra sin apenas connotaciones de su referencia histórica y hasta el Parlamento ha acordado trasladar el busto de Blas Infante, regalo del Ayuntamiento de Casares, desde la esquina donde se encuentra ahora a un lugar más visible para parlamentarios y visitantes.

Pero pese a que el sentimiento andaluz parece instalado en un eterno estado de hibernación, basta cualquier frase que pronuncie algún dirigente político español para que se pidan ceses y disculpas en nombre del orgullo andaluz. La estrategia de las fobias, que practican tanto PSOE como PP, parece que otorga réditos. Y no sólo en época de campaña electoral.

Esta misma semana, Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, criticó el sistema de financiación autonómica con una peculiar justificación: que el dinero que pagan los madrileños con sus impuestos se va a Extremadura y Andalucía.

Las reacciones han sido múltiples. El vicesecretario general del PSOE-A y consejero de Gobernación, Luis Pizarro, manifestó ayer que está «cansado» de que haya dirigentes del PP que «sólo se acuerdan de Andalucía para insultarla» y afirmó que lo que dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en el sentido de que el nuevo sistema de financiación está hecho «a imagen y semejanza de Andalucía» y que lo que hace es «quitar dinero a madrileños para llevárselo a andaluces y extremeños», es «absolutamente rechazable e indigno».

Lejos de ser un caso aislado, declaraciones similares han llegado a tener consecuencias políticas. El pasado mes de enero, la diputada del PP en el Parlamento catalán Monserrat Nebrera afirmó en relación a las explicaciones efectuadas por la ex ministra de Fomento, la malagueña Magdalena Alvarez, sobre las medidas para gestionar la «copiosa nevada» caída en Madrid, que ésta «tiene un acento que parece un chiste». Añadió, además: «Algunas veces, cuando llamo a Córdoba y oigo desde algún hotel que me contestan y no acabo de entender, porque si no estás avezado en hablar en andaluz normalmente pues te cuesta». La diputada no se retractó y le costó el puesto.

Ana Mato, vicesecretaria general del PP, aseveró, durante la campaña electoral de 2008, que los niños andaluces eran «prácticamente analfabetos», con la consiguiente bronca. También se han dado casos con los papeles a la inversa, es decir, que los dirigentes del PP piden a los del PSOE un desagravio. En la legislatura pasada, el PP pidió la reprobación del consejero socialista del Gobierno catalán, Miguel Iceta, quien había reclamado más financiación para Cataluña, aunque fuese a costa de los andaluces. Insinuó que Andalucía ya había «chupado bastante de la teta del Estado». El ex presidente socialista de Cataluña, Pascual Maragall, declaró en 2007 durante un viaje oficial a Nueva, que defendía una modificación del sistema de solidaridad en España, porque regiones más pobres -entre las que citó expresamente a Andalucía y Extremadura- estaban creciendo más que Cataluña, lo que calificó de intolerable. Una vez más, la guerra política catalano-andaluza dejaba huella. La referencia molestó en el PP, pero también en el PSOE.