Hablemos de cosas buenas

Con frecuencia recibimos noticias pesarosas y nos sentimos tristes: ¡qué vida tan dura! Pero hay muchas cosas buenas. Nuestra familia nos quiere y apoya. Nuestro cónyuge probablemente nos quiera de modo especial. Nuestros hijos también dan alegrías. En nuestro trabajo tenemos la posibilidad de ser amables con los que nos rodean. Por si fuese poco, en este Cádiz maravilloso tenemos además un sol fenomenal, en invierno y verano. ¿Por qué seguir enganchados sólo a cosas tristes, cuando existen tantas otras buenas a nuestro alrededor y dentro de nosotros? ¿Por qué empeñarnos en vivir y morir atemorizados?