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Un diputado 'tory' será el presidente de la Cámara de los Comunes

| LONDRES Actualizado: Guardar
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El Palacio de Westminster era ayer lo más parecido que uno pueda imaginar al escenario de Operación Triunfo, sólo que en lugar de cantar, cada uno de los diez candidatos a presidente de la Cámara de los Comunes debía ofrecer un discurso convincente al resto de parlamentarios. A lo largo de la tarde, las pantallas de televisión iban mostrando las caras de los eliminados en una primera y segunda vuelta -el ganador debía conseguir la mayoría de los votos y no estaba resultando fácil- hasta que en la tercera, un conservador, John Berkow, batió al otro finalista, curiosamente, también tory.

El nuevo speaker, así se le llama a este cargo en Reino Unido, es un londinense de 46 años, hijo de un taxista judío y casado con una votante laborista. Se enfrenta, entre otras cosas, a la dura tarea de recuperar el respeto por una institución que ha caído en el desprestigio en cuestión de días, después de que el Daily Telegraph publicó los gastos estrafalarios de los diputados de todos los partidos sin excepción: desde arreglos del jardín a pañales o fregonas, pasando por asistentas, además de triquiñuelas contables para evitar los impuestos por la venta de una vivienda.

Si la elección de ayer tiene relevancia es precisamente porque marca una nueva etapa después de que ese escándalo llevase al anterior presidente de la Cámara, Michael Martin, a dimitir después de nueve años en el cargo, algo que no había sucedido en tres siglos. El speaker es la voz de los Comunes y muchos parlamentarios consideraron que Martin no expresó en el discurso que leyó tras destaparse el escándalo el remordimiento suficiente. Perdió la confianza de muchos que le habían apoyado en su día y se vio forzado a dejar su cargo.

Entre los diez candidatos a liderar la cámara había dos mujeres: la ex ministra laborista de Exteriores Margaret Beckett y la conservadora Ann Widdecombe, una de las diputadas más respetadas. Pero son los diputados los que votan, no los ciudadanos, por lo que la opinión del pueblo británico ayer no contaba.

Los candidatos a speaker deben previamente darse de baja de su partido. Eso explica en parte por qué Beckett, a pesar de ser laborista, contó con muy poco apoyo de sus ex colegas de partido.