EL PUERTO

El Mercado Medieval transcurre con éxito de público pero menos beneficios

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«Mucha gente y poco dinero». Es la respuesta común de todos los tenderos del Mercado Medieval. Si bien es cierto que el evento ha cumplido uno de sus objetivos: llenar de vida el centro de la ciudad, no es menos verdad que los resultados económicos para los artesanos no son los esperados. La tan cacareada crisis ha hecho mella en esta cuarta edición en la que los comerciantes de El Puerto y el Ayuntamiento habían puesto muchas expectativas. «Muchos mirones pero pocos consumidores», resume una vendedora de cuentos infantiles personalizados.

A falta de cifras oficiales de beneficios, lo que es incontestable es que el ambiente está siendo impresionante. El mercado se ha convertido en una cita ineludible tanto para portuenses como para turistas. Los espectáculos de cetrería y los juegos infantiles de la época se llevan la palma. José Varela, de La Línea, quedó «impresionado por los espectáculos de las aves», mientras que Mercedes, comenta «lo divertido que se ve esa especie de tiovivo de madera en la que los niños se suben». Y es que el público infantil también se ha volcado con el mercado. Ana, una turista del norte, destaca «la gran variedad de tiendas». Auri, estudiante portuense, subraya los bonitos aires medievales que inundan la ciudad, porque «tiendas de collares hay en muchos sitios».

Para los adolescentes, las tiendas más concurridas son las de bisutería, que tampoco están muy contentas con las ventas a tenor por lo expresado por la mayoría de los establecidos en la calle Luna. Israel es la excepción que confirma la regla. Tiene un puesto en la calle Misericordia y prefiere no quejarse. «Tampoco es para tirar cohetes, pero para ser el principio, que es cuando al gente más mira antes de decidirse, he vendido bastante». En la alfarería Fito tampoco son demasiado pesimistas. Ellos achacan el leve bajón de beneficios al cambio de ubicación de su puesto. Quien sí se muestra bastante negativo es Latifa, vendedor de kebabs, pinchitos y comidas varias: «la cosa está fatal, ésta es la peor de las cuatro veces que he venido aquí». afirmó.