Jerez

Un viaje a las entrañas de la Policía

El SIP ha organizado una jornada de puertas abiertas virtual en la jefatura de El Almendral con el fin de evidenciar las carencias y el estado de abandono que padece el recinto

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Persianas rotas, cámaras de seguridad inservibles, desconchones en las paredes, falta de mobiliario... Éstas son sólo algunas de las deficiencias que presenta la jefatura policial de El Almendral, puestas de relieve a través de la particular jornada de manos abiertas virtual impulsada por el Sindicato Independiente de la Policía.

Como han explicado fuentes del colectivo, los agentes, hartos de escuchar las promesas y las declaraciones triunfalistas de la delegada de Seguridad, María del Carmen Martínez, decidieron emprender este proyecto con el fin de demostrar a toda la sociedad el mal estado en el que se encuentran las instalaciones, y las condiciones en las que los funcionarios han de realizar su trabajo diario. «La delegada dijo que iba a organizar una jornada de puertas abiertas y al hilo de eso nosotros hemos diseñado una visita virtual para que la gente vea cuál es la realidad de esta jefatura».

Se trata de un DVD en el que los agentes han grabado numerosas fotos de los desperfectos del recinto que van a enviar a diversos colectivos de la ciudad, fundamentalmente a los partidos políticos, para que sean conscientes de la situación. «Queremos demostrar nuestro día a día para que la delegada deje de mentir, y todo eso sin contar con los medios que faltan por llegar, a pesar de que hace tiempo que se comprometió a ello».

El reportaje fotográfico muestra los exteriores de las dependencias policiales, en primer lugar, en los que se evidencia una falta de limpieza y de poda de los arbustos que campan a sus anchas, además de la acumulación de aparatos oxidados como vallas y grúas en estado de abandono. El aspecto de las infraestructuras, en general, denota el paso de los años y un inmueble envejecido cuyo interior delata aún más la necesidad imperiosa de reforma.

Así, las paredes están llenas de desconchones y la escalera presenta una imagen cuanto menos mejorable, con grietas en todos los recovecos y la barandilla oxidada y falta de pintura. Los buzones están viejos y en su mayoría no se pueden cerrar; la cámara de seguridad está rota y lleva años sin funcionar, según el SIP; las persianas también están por arreglar junto a parte de los muebles de oficina, que también adolecen del orden y la organización necesarios.

Por otro lado, los funcionarios denuncian la existencia de cableado en mitad de las salas que supone un peligro y una falta de prevención total, sin olvidar cuestiones que tal vez no se aprecien a simple vista pero que son incluso más graves que lo hasta ahora mencionado. «Unas de las carencias que tenemos es la de ascensores para personas con discapacidad, es inconcebible que un edificio público siga teniendo tantas barreras arquitectónicas».

Junto a esto, destacan la falta de intimidad para aquellos ciudadanos que acuden al recinto a interponer una denuncia, ya que entre mesa y mesa sólo existe una mampara de separación, por lo que ambas partes pueden estar escuchándose mutuamente al prestar declaración, con el riesgo que conlleva especialmente en situaciones delicadas como accidentes de tráfico o trifulcas de diversa consideración.

«Lo peor es que vemos que para el ciudadano no es justo, de hecho ha habido problemas en este sentido porque muchos se encaran», reconocen estas fuentes. Aparte de estas carencias, vuelven a insistir en los recursos prometidos que no terminan por llegar: un número mayor de radiopatrullas para que salgan a la calle al menos cinco por turnos, y no tres como en algunas ocasiones; el repetidor de la Zona Sur; una emisora por agente y la utilización de las scooters que los policías aseguran que permanecen sin uso, a pesar de que se trata de una dotación nueva de hace unos meses.

Con respecto al futuro, parece que oscuros nubarrones se ciernen sobre las relaciones con la Delegación, puesto que el SIP no alberga esperanzas de que sus demandas vayan a ser respondidas, al menos en un corto espacio de tiempo. No obstante, el colectivo ha decidido dar una tregua al Ayuntamiento durante el verano, con la posibilidad de retomar las movilizaciones en septiembre.