El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante su intervención en la segunda sesión del Debate sobre el estado de la Nación. / EFE
ESPAÑA

La derrota europea debilita más la frágil estabilidad parlamentaria de Zapatero

El Gobierno pasará su prueba de fuego el próximo otoño con la tramitación en el Congreso de los Presupuestos para 2010

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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El revés de los socialistas en las elecciones europeas tiene también una lectura parlamentaria y tampoco es buena. CiU y PNV se reafirmaron en su distanciamiento del PSOE porque, a la luz de los resultados, constataron que poner distancia con el partido gubernamental es premiado por su electorado. Los aliados más pequeños ven a los socialistas con el agua el cuello y si nunca han dado gratis su respaldo en el Congreso se aprestan a encarecerlo.

José Luis Rodríguez Zapatero gozaba de una precaria estabilidad parlamentaria, debilidad que es de prever que se agudizase tras los comicios al Parlamento Europeo. En lo que va de legislatura, el grupo socialista, entre proposiciones no de ley y resoluciones del Debate sobre el estado de la Nación, ha perdido ocho votaciones, si bien ninguna de calado. Unas derrotas que a partir de ahora pueden ser más frecuentes por la imagen de retroceso del PSOE tras las elecciones que ahuyenta a eventuales socios y por la imperiosa necesidad de apoyos que va a provocar que cada voto ajeno se cotice por las nubes.

CiU, desde luego, lo tiene claro. «No somos la muleta del Gobierno ni vamos a serlo», explica su portavoz en la Cámara Baja, Josep Antoni Durán i Lleida. Sólo admite que su grupo «va a arrimar el hombro» para alguna propuesta encaminada a combatir la crisis, pero nada más. Para qué hablar del PNV. Su líder en el Congreso, Josu Erkoreka, repite por activa y por pasiva que Zapatero se tiene que «olvidar» de su grupo para una larga temporada.

Los nacionalistas, mientras caminan por la senda del desencuentro con los socialistas, han empezado a explorar la del encuentro con el PP. Son acercamientos aún tímidos y propiciados a instancias de los populares, pero que pueden cuajar en futuras alianzas peligrosas para el Gobierno aunque no se sustancien en el apoyo a una moción de censura.

Durán y Erkoreka, de todos modos, no ven dramática la situación de los socialistas a corto plazo porque dan por hecho que lograrán aprobar los Presupuestos de 2010, el reto legislativo más importante de lo que resta de año. Tienen, según el portavoz del PNV, el acuerdo «prácticamente atado» con el Bloque Nacionalista Galego, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro. El mismo presentimiento tiene Durán.

Exigentes

«De eso, nada», responde airada la portavoz de los nacionalistas canarios, Ana Oramas. «Me sorprende que digan eso porque ya no somos el bastón del PSOE», comenta su homólogo del Bloque, Francisco Jorquera. La diputada insular recuerda que su grupo no apoyó los Presupuestos del año pasado y no tiene ahora motivos para secundar los de éste. En todo caso, adelanta, «pondremos nuestras condiciones». Jorquera, por su parte, también anticipa que van ser «muy exigentes» para respaldar el proyecto presupuestario y que, entre otras, exigirán contrapartidas de infraestructuras con compromisos claros.

Otro grupo donde los socialistas pueden recabar apoyos tanto para los Presupuestos como para otros proyectos es el de Esquerra-IU-Iniciativa per Catalunya. «Todo dependerá de la financiación y del fallo del Constitucional sobre el 'Estatut'», precisa el portavoz republicano, Joan Ridao. Asuntos que deben solventarse este mes o a más tardar en julio, pero que es improbable que cuenten con el beneplácito de Esquerra porque ya tiene puesta la vista en las elecciones catalanas del próximo año ante las que la cercanía al Gobierno juega en contra de sus intereses. Una posición similar defiende el representante de Iniciativa, Joan Herrera, muy reticente a ser el soporte de un Ejecutivo que «incumple todos sus compromisos».

El grupo socialista, sin embargo, no alberga más temores que antes de las europeas. Admite que las derrotas en las votaciones son una contingencia inevitable con la estrategia de no contar con socios estables, pero fuentes de la bancada gubernamental descartan que vayan a ser en asuntos de relieve. Los Presupuestos, auguran, se aprobarán y con apoyos que ahora coquetean con el voto en contra.