El CSN da el visto bueno a que Garoña siga hasta 2019

Los plazos se han cumplido y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha registrado en el Ministerio de Industria el informe sobre la explotación de la central nuclear de Garoña (Burgos). Su contenido no se conocerá oficialmente hasta el lunes, que es cuando llegará a manos del ministro Sebastián. Sin embargo, las filtraciones no han tardado en llegar.

Según ha adelantado la agencia Servimedia, el consejo ha dado su visto bueno a la renovación de la autorización de explotación de la central nuclear Santa María de Garoña para los próximos 10 años aunque ha impuesto condiciones. Se trata sólo de una recomendación al Gobierno porque el informe no es vinculante; sólo lo hubiera sido en caso de que concluyera que había que echar el cierre a la central. Ahora será el Gobierno el que, en el plazo de un mes, decida si finalmente prorroga la actividad de Garoña hasta el 5 de julio de 2019 o fija una solución intermedia de tres o cinco años más de vida para la central.

La resolución del pleno del CSN sobre la central nuclear más antigua de España se ha tomado, según lo filtrado, por unanimidad. Lo mismo que las condiciones para que siga funcionando. Implicarían "cambios importantes" aunque asumibles para las compañías propietarias de la central (Endesa e Iberdrola), que ya contaban con realizar estos cambios tras 20 años de vida de Garoña. Si se confirma la prórroga, la instalación burgalesa sería la primera que podría funcionar en España más de 40 años.

Condiciones para seguir en marcha

El informe sostiene que la central tiene que renovar buena parte del cableado eléctrico, también el soterrado, y mejorar los instrumentos para la purificación de la atmósfera de la sala de control. El objetivo de esta medida sería asegurar la integridad de los trabajadores en caso de accidente. Estas modificaciones tendrían que llevarse a cabo durante las paradas que el reactor realiza cada 18 meses para el cambio de combustible. Tras la efectuada en 2009 las próximas serán en 2011 y 2013.

El Gobierno tiene ante sí un asunto que puede ponerle en aprietos, conocido el compromiso de Zapatero con las energías "limpias". Por eso se baraja la posibilidad de que el Ejecutivo adopte una medida intermedia: ni los diez años más que propone el CSN ni el cierre definitivo en un mes de la central, como aconsejaba hace unas semanas el ex ministro Jesús Caldera, ahora al frente de la fundación Ideas del PSOE.

En cualquier caso, no se espera que el Gobierno se pronuncie en las próximas horas, recta final, además, de la campaña de las europeas. Al menos esperará al lunes, que es cuando el Consejo entregará su informe al ministro Miguel Sebastián y seguidamente dará a conocer en rueda de prensa su contenido. Para llegar a la conclusión, el pleno del CSN ha necesitado seis sesiones. Está integrado por cinco consejeros: dos a propuesta del PSOE, dos del PP y uno de CiU. Se trata de la presidenta del organismo, Carmen Martínez Ten, su vicepresidente, Luis Gámir, y los consejeros Antonio Colino, Antoni Gurguí y Francisco Fernández.

El mapa de la energía nuclear

Seis centrales nucleares, aunque dos de ellas con dos reactores (Ascó y Almaraz) conforman el mapa de la energía nuclear en España, que aporta anualmente, aproximadamente, el 20% de la energía eléctrica que se consume. Según datos del Consejo de Seguridad Nuclear, los ocho reactores que están operativos en España son de dos tipos: unos de agua ligera a presión (PWR, por sus siglas en inglés) y de agua ligera en ebullición (BWR).

Por orden de antigüedad, dentro del primer grupo están Almaraz, con dos unidades (1980 y 1983); Ascó, también con dos unidades (1982 y 1985); Vandellós II (1987); y Trillo, la última central puesta en marcha en España (1987). En cuanto al grupo de las centrales del segundo tipo (de agua en ebullición) la más antigua es la de Santa María de Garoña, (1970), seguida de Cofrentes (1984).