La peregrinación se hizo ayer especialmente dura por las condiciones del recorrido, por el fuerte calor reinante y por el levante. / CRISTÓBAL
Jerez

Susto en un día duro de Camino

Dos romeras jerezanos se perdieron en el Palacio de las Marismillas y se emplearon un helicóptero de la Guardia Civil, quads, todoterrenos y motos en la búsqueda

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Tras el ajetreado inicio de Camino el miércoles, la Hermandad del Rocío de Jerez compartió con las vecinas de El Puerto de Santa María y Rota la pernocta en Marismilla. Tras el rezo del Rosario, a las doce de la noche, dirigido por el director Espiritual y alumbrados por las velas que con suma veneración colocaron a los pies del Simpecado, los romeros cantaron sevillanas hasta bien entrada la madrugada.

La Marismilla es desde hace tiempo el lugar elegido por la filial jerezana para la primera pernocta del Camino. Cabe recordar en este punto que, durante muchos años, cuando realizaba la peregrinación con un reducido numero de hermanos, sólo se pernoctaba una noche en el Coto, concretamente en Palacio.

El campamento se puso en pie a primera hora de la mañana de ayer, al alba. Ya había romeros preparando sus monturas desde incluso antes, reponiendo las neveras y recogiendo las tiendas después de haber pasado una calurosa noche bajo el precioso manto de estrellas del cielo de Doñana.

Cabe destacar que este año la Hermandad de El Puerto de Santa María celebra su cincuenta aniversario, de ahí que la de Jerez trasladara su Simpecado hasta la zona donde estaba la Hermandad de El Puerto. No en vano, ésta guarda un estrecha vinculación con la jerezana.

Desde muy temprano, el equipo de priostia se ponía manos a la obra para que estuviese todo a punto. Los piteros anunciaban el inicio de la eucaristía, que dio comienzo a las diez y media de la mañana. El párroco celebrante, de la Hermandad de El Puerto de Santa María, acompañado de Antonio Durán, vicario de la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros, y del padre Alexis, director espiritual de la Hermandad de Jerez, disculpó nuevamente la ausencia de Juan del Río, arzobispo Castrense y administrador apostólico de la Diócesis de Asidonia-Jerez, comentando que no podía asistir este año al Rocío por distintos compromisos en Madrid. Estuvo presente el hermano mayor, Felipe Morenes, que estaba acompañado por Gonzalo Ganaza y su Junta de Gobierno y los antiguos hermanos mayores de la filial jerezana.

La eucaristía fue muy participativa y el párroco destacó la importancia y las virtudes del Camino. Y señaló que «los niños que hoy peregrinan y participan en esta Eucaristía son el futuro del Rocío».

En la misma Marismilla, la Hermandad rezó el Ángelus al Simpecado y partió sobre la una de la tarde, iniciándose así el segundo día de peregrinación, en el que ya se notaba un intenso calor que acompañó durante toda la jornada a los romeros jerezanos.

En este segundo día de Camino ya se empezaba a percibir el cansancio, pero no fue obstáculo y la Hermandad atravesó el Navazo de la Madroña buscando la Laguna del Carrizal o de la Enea. La dureza fue creciendo a medida que pasaba el día. La Hermandad realizó el rengue de almuerzo al comienzo del Cerro de la Raya donde entre los pinos, buscando la sombra y resguardarse del levante, compartieron las peñas y los amigos las viandas preparadas para la ocasión.

Disfrutaron después de un rato de descanso, una vez terminado el rengue, hasta que la caravana reanudó el camino ya pasadas las cuatro de la tarde. Se dirigió a la Casa del Guardia Espinar o Carboneras, pasando antes por el Cerro del Trigo, donde los mulos pasaron con gran esfuerzo y varios vehículos se atascaron.

Fue entonces cuando se supo que dos peregrinas jerezanas se encontraban perdidas desde las 14.50 horas en el Palacio de Las Marismillas, en el extremo sur del Parque de Doñana. Se pudo mantener contacto telefónico con ellas pero, aún así, costó localizarlas. Se logró unas horas después. Estaban deshidratadas y con un ataque de histeria, por lo que requirieron de atención médica. En su búsqueda trabajaron un helicóptero de la Guardia Civil, cuatro quads, diez agentes en vehículo todoterreno y otros seis en motos todoterreno.

La Hermandad llegó a Carbonera sobre las siete de la tarde. Completó así la jornada del jueves, una de las más cortas del camino, aunque, a su vez, resultaba también una de las más complicadas para los romeros por culpa de la arena.