CALLE PORVERA

La resaca... después de la resaca

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De la crisis económica pasamos a la social. No sé en qué punto del hoyo nos encontramos, y si la cosa seguirá empeorando o se comenzarán a ver los famosos «brotes verdes». En lo que parece existir cierto consenso es en que se vislumbra una salida, pero hay que insistir: a la crisis económica. Porque el paro seguirá subiendo, y aunque lo haga a menor ritmo, primero viene el golpe y luego las consecuencias. Después del puñetazo (o la patada, más correctamente) viene el dolor. «España despierta con gran resaca después de tres décadas de una buena fiesta», llegó a decir The Economist, en clara referencia a los excesos del ladrillo que ahora se están pagando. O sea, que aunque el desempleo deje de aumentar o llegue a un punto de inflexión en el que lo haga a menor ritmo (cuando todo va tan mal, nos conformamos con tan poco), luego viene una resaca todavía peor. Ésa de la crisis social. La que aflora cuando no sólo se acaba el trabajo, sino también la prestación social del desempleo. Un tercio de los jerezanos, según el PP, estarían ya en dicha situación.

Se trata de algo que, en realidad, se materializa ya en la calle. Primero fue confirmar una realidad que creíamos desterrada: la gente haciendo grandes colas en las oficinas del INEM. Luego, del drama pasábamos al espanto cuando comprobábamos con estupefacción que jerezanos normales, como usted y como yo (pero con más mala suerte), eran atendidos en el comedor del Salvador. Y luego está ese submundo que va creciendo: el de la gente que pide por la calle. El otro día tuve que largarme de tres sitios del centro, antes de que me pusieran el café, para evitar ser asaltado por una legión de pedigüeños. Sólo en medio de tanta negrura, surge algún «brote verde»: los voluntarios, gente que dedica su tiempo libre a fines solidarios y sociales sin recibir nada más a cambio que su autosatisfacción, han aumentado.