Jerez

Las gracias de un buen obispo

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«Mejor me callaré, porque todo lo que diga ya no hará sino empeorarlo...». Con estas palabras se despidió un emocionado Juan del Río de los fieles que se dieron cita en la Catedral. Minutos más tarde, el prelado aguantó estoicamente casi una hora al pie del presbiterio, saludando uno por uno a todos los feligreses de la diócesis que quisieron despedirse de él. En su homilía, pronunció en innumerables ocasiones la palabra gracias, y pidió disculpas por si había ofendido, escandalizado u ofendido a alguien con sus palabras o su comportamiento. Los presentes agradecieron al prelado sus palabras y su episcopado con un sonoro aplauso que llenó el corazón de Juan del Río, un gran obispo para Jerez.