Netanyahu y Obama charlan de forma distendida ante las cámaras en la Casa Blanca como preámbulo a la reunión que mantuvieron más tarde. / REUTERS
MUNDO

Israel se topa con la Casa Blanca

Obama exige a Netanyahu el fin de los asentamientos y apoya un Estado palestino

| CORRESPONSAL. NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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Una hora y media de retraso en la comparecencia pública del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, y el presidente de EE UU, Barack Obama, desató ayer toda clase de rumores sobre los presuntos desencuentros que se estaban dando en su reunión a puerta cerrada. Lo cierto es que Obama no es Bush y no sólo no ha aceptado las condiciones hebreas sino que ha puesto las suyas.

El líder de la derecha israelí venía dispuesto a un ultimátum con respecto a Irán. «El tiempo se está acabando», le había transmitido uno de sus asesores al periódico 'Haaretz'. Se hablaba de que daría a Obama tres meses para que obtuviese algún resultado de Teherán por la vía del diálogo, pero el afroamericano fue firme. «Irán está en medio de una campaña electoral y todos sabemos que las elecciones no son el mejor momento para lograr cosas», recordó con la experiencia de su andadura hacia la Casa Blanca aún fresca.

Aunque al principio se resistió a poner una fecha de caducidad a la vía diplomática, acabó diciendo que «para final de año tendremos claro si se pueden dar progresos». No es que vaya a permitir que unas negociaciones empantanadas sirvan de «excusas para la falta de acciones», aclaró, pero está convencido de que las autoridades iraníes encontrarán convincentes sus ofertas para integrarse en la comunidad internacional con el reconocimiento que desean, y sacar de ahí las oportunidades para proveer paz y prosperidad a su pueblo sin necesidad de recurrir a la vía nuclear.

Los analistas afirman que Netanyahu había ensayado respuestas conciliadoras de cara al auditorio, por temor a que un enfrentamiento abierto con EE UU le perjudicase, según le habría advertido el presidente Simon Peres, que se reunió la semana pasada con Obama. Eso no impidió para que también se mostrara rotundo en la necesidad de enfrentarse a Irán, como requisito previo para la paz palestina y hasta se le oyera salivar con la «oportunidad» de hacer un frente común con países árabes para atacar a su enemigo persa.

Según dijo, por primera vez en su vida árabes y judíos están unidos contra «una amenaza común con un sentimiento de urgencia que hay que capitalizar», se entusiasmó el líder hebreo. Hablaba del rey Abdalá de Jordania y del presidente egipcio, Hosni Mubarak, los dos aliados árabes con los que Obama cuenta para impulsar el proceso de paz. El dirigente egipcio, que acogerá en su país el primer discurso de Obama al mundo islámico, participará en las negociaciones que se celebrarán en la Casa Blanca la semana que viene, junto con el presidente palestino, Mahmud Abbas.

Procesos «simultáneos»

Para Obama el éxito de esas conversaciones es prioritario si se quiere dar credibilidad internacional a la resolución del conflicto con Irán. Netanyahu públicamente dice que ambos procesos deben ser «simultáneos», pero su urgencia hacia Irán parece ir inevitablemente asociada a la vía militar.

El presidente de EE UU demandó al jefe del Gobierno hebreo que se ciña a las obligaciones de la Hoja de Ruta y detenga los asentamientos judíos en Cisjordania, abra las fronteras «que imposibilitan la ayuda humanitaria» y provea a los palestinos de servicios básicos como el agua potable o la electricidad.

Pese a las obvias desavenencias entre telones, que a juzgar por el retraso sin explicar debieron ser todavía más fuertes de lo que se anticipaban, ambos mandatarios se alabaron mutuamente y prometieron «cumplir su parte», dijo Netanyahu. «EE UU va a remangarse la camisa», le secundó Obama.

Lo que nadie pudo lograr de Benayamin Netanyahu es que secundara el compromiso de los dos Estados con la Hoja de Ruta y ayer se lo recordó Obama. A lo más que llegó fue a reconocer que no quiere «gobernar a los palestinos» y visionar un futuro con «dos pueblos» que vivan en paz uno junto al otro.