DESPEDIDA. Dos jóvenes, en un caballo, decían ayer adiós a la Feria. / ROMÁN RÍOS
EL PUERTO

Ni la crisis ni la lluvia pudieron con la fiesta

El mal tiempo mejoró poco a poco y no deslució el día grande de la celebración para los portuenses

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Fue de menos a más. El tiempo, como el ambiente, fue cambiando a mejor con el paso de las horas. Casi a compás, las nubes, el viento frío e incluso el chispeo fueron dando paso al sol y al público. Marcado en rojo en el calendario local, el lunes de Feria es un día muy íntimo que se vive desde muy temprano en El Puerto. Es uno de las fechas más señaladas del año para comidas familiares o de empresa. Y este año no ha sido menos

Pese a la menor afluencia de visitantes, el ambiente en el Real no se resintió en demasía. Los portuenses cogen siempre con muchas ganas el día en que la Feria es más de El Puerto que nunca. Este año la participación estuvo a la altura en las diversas actividades que marcaron la jornada: tanto en la entrega de premios de las casetas, como en la de los caballistas. La Charanga volvió a alardear de su solera ganando nuevamente el primer premio de fachadas y de interior. El concurso de sevillanas de la caseta de Independientes Portuenses y la entrega de las Rosas de Plata en la del PSOE también gozaron de respaldo popular.

El llamado año de la crisis no deslució tanto la fiesta grande de los portuenses. Aunque sí dejó su huella. Así lo atestiguan desde los conductores de autobuses hasta los dueños de puestos de turrones, pasando inevitablemente por los camareros de las casetas. Sobre todo en las primeras jornadas, pudo verse algo menos de público, y sobre todo menos consumo. Contra la tan manida crisis ha querido combatir este año el Ayuntamiento con la creación de la caseta de la juventud y sus precios populares. Pero fue imposible difuminar un fenómeno que ha afectado al mundo entero. Eso es lo que atestiguan las cajas de muchas casetas, así como las de coches de caballos o puestos ambulantes. Carlos Sanz, casetero del Nahua -también uno de los pubs más exitosos de las noches de la ciudad- lo cree firmemente. De la misma opinión son el cochero Ildefonso Cruces, cochero habitual de esta fiesta, y el tendero sevillano, Francisco Pérez, que se recorre las ferias andaluzas de abril a noviembre.

Pero el lunes de Feria es siempre el lunes de Feria en El Puerto; y los coches de caballos, los peques en los cacharritos y el ambiente en La Sin Problemas y en las casetas punteras del recinto de Las Banderas nunca fallan. En casetas como la de la Hermandad de Los Afligidos, los temblores de Wall Street y la macroeconomía tampoco se han dejado notar. Se precian de tener un público fiel, lo que no les impide reconocer que el ambiente ha estado algo más tranquilito que otros años. La caseta municipal es otra de las afortunadas que no ha sufrido el tsunami económio. «Cualquiera lo diría... -comenta Tamara, una de las camareras- el año de más crisis estoy trabajando y viendo a la gente gastar como nunca».

Manuel Jiménez, uno de los conductores del servicio de autobuses, también le ha sacado tajada a la feria en crisis. Ha preferido trabajar este año toda las fiestas para paliar la complicada situación económica que se presenta. Aún así, admite que el numero de pasajeros en cada autobús ha sido, más o menos, el mismo que de costumbre.

Entre las principales novedades de esta edición de la Feria que más aceptación han tenido destacan las dos calles con arcos de luces dedicados a Valencia. la Comunidad Autónoma a la que está dedicada la Feria este año. Así lo piensa, entre otros portuenses, José Antonio Larios, que valora el hecho de que se haya urbanizado una calle nueva, rotulada del Vino Fino, junto a la zona donde reposan los caballos. El edil de Fiestas, Millán Alegre, hizo en la caseta municipal un balance positivo en la caseta municipal de la presente edición de la Feria. Alegre destacó la escasez de incidentes, resaltando únicamente el accidente que acabó con la vida del conductor de un ciclomotor y con su acompañante en estado de gravedad. Igualemete, Alegre adelantó que el Ayuntamiento portuense se encuentra en este momento haciendo gestiones para que la próxima edición de la Feria de El Puerto esté dedicada a la ciudad portuguesa de Oporto, una población a la que le unen lazos tales como el propio nombre o la cultura vitivinícola.

Por otro lado, Alegre comentó que entre las prioridades de su equipo de Gobierno está reafirmar la idiosincrasia de la Feria, para lo cual será imprescindible erradicar el 'botellón', que, a su juicio, se ha dejado notar menos este año, y controlar aquellas casetas en las que no predominen una estética y una música típicamente andaluzas.

Los fuegos artificiales volvieron a poner a media noche el broche de oro a la Fiesta del Vino Fino. La empresa Blanca Paloma, ganadora del concurso de pirotecnia celebrado a finales del pasado verano en la ciudad, fue la encargada de cerrar la fiesta grande de los portuenses