Sin gran desgaste

El balance de las encuestas, según las cuales dos de cada tres estadounidenses aprueban la gestión de Barack Obama, evidencia que la opinión pública ha concedido holgadamente los habituales cien días de gracia al nuevo presidente, quien ha obtenido a su vez un notable rendimiento de una estrategia de comunicación perfectamente diseñada. La manera de encarar los problemas internos y los conflictos más acuciantes en el ámbito internacional, combinando realismo y diplomacia de seda, ha permitido a Obama mantener airosa su popularidad; incluso a costa del desgaste que ha supuesto el primer contraste de sus promesas electorales con el ejercicio cotidiano del poder. No obstante, la percepción que reflejan las encuestas es más favorable que la realidad de los avances conseguidos por el momento. Obama conserva el influjo por el cual todo parece posible bajo su mandato, pero constreñido ya a los límites que fija la política presidencial.