Jerez

El sentir rociero

Rafael Mateos le puso palabras anoche a una emoción en la celebración del Pregón de la Romería del Rocío 2009

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A poco más de un mes para que todos los almonteños salten la valla en la búsqueda de su guía se vivió en la noche de ayer un primer contacto con el sentir rociero. Tomaron como escenario una de las bodegas más punteras de la ciudad en la que, Rafael Mateos Benítez -el que fuera Hermano Mayor de la Real Hermandad del Rocío de Jerez-, tomó el testigo en La Concha para pregonar la Romería del Rocío de este año 2009. Presidiendo el acto se encontraba una réplica de la Reina de Almonte. Fueron muchas las personas que quisieron estar presentes para compartir esos momentos íntimos que, cada año el pregonero de esta peregrinación a la Blanca Paloma, le regalan a los jerezanos.

En una tarde primaveral, tras las altas temperaturas que igualaban casi a las noches veraniegas, no quisieron faltar distintas personalidades de la ciudad. La comitiva estaba encabezada por la alcaldesa, Pilar Sánchez, acompañada de la concejala de Cultura y Fiestas, María Dolores Barroso; los concejales del PP, María José García Pelayo y Javier Durá; el presidente del Consejo de Administración de González Byass, Mauricio González Gordón y Jaime González-Gordón. Además de personalidades del ámbito religioso como Joaquín Perea, Juan del Río, Fray Martín Alexis, Felipe Morenes y Manuel Cantalejo, entre otras personalidades y multitud de devotos de la Virgen del Rocío.

Todos ellos personalidades de Jerez aunque el principal protagonista de la noche no era otro que Rafael. Inició su pregón agradeciendo las palabras sinceras de su presentador y amigo Isaac Camacho, recordando que hace veinticinco años en ese mismo atril, su padre, Antonio Camacho -hoy en la marisma eterna cabalgó durante años hasta su Ermita almonteña- presumió de cristiano y rociero y fue ejemplo para la Hermandad del Rocío, guiando sus pasos hacia la Blanca Paloma.

Recuerdos y palabras emotivas se fueron desgranando a través de sus vivencias en el camino. Desde su ingreso en la hermandad, hace mas de tres décadas. Durante todos estos años fue aprendiendo a quererla. Recordó en su pregón a todos aquellos que compartieron con el responsabilidad en la hermandad, resaltó la figura de su mujer y sus hijos y así, poco a poco, fue desgranando cada visión de su devoción rociera. Confesó, entre otros muchos sentimientos, que se sentía dichoso de poder pregonar y decirle a la Señora: «aquí me tienes en cuerpo y alma, plantado entre las andanas de esta Concha pregonera para cantar la grandeza de tu Gloria Soberana. Aquí me tienes, Pastora. Rendido ante la mirada de ese precioso chiquillo que es nuestro Pastorcito Divino nacido de tus entrañas».

Una misma pregunta

¿Que es el Rocío? Se pregunta el pregonero. Muchos piensan que es una manifestación de fe, un fenómeno social , y así fue preguntándose, a lo largo de toda su intervención, para llegar después a una conclusión final en la que «el Rocío es la Virgen», por encima de todo y siempre «La Virgen».

Tras esta tajante afirmación, de todo buen rociero, empezó a desvelar y compartir su sueño con «Ella». Todo comenzó una noche de luna llena; desde Cristina, la misa de romeros en Santo Domingo, en su soñar tomó el Simpecado entre sus manos mientras posaba el prioste en una carreta de plata, que comenzaba a desfilar por Porvera, escoltada por la chiquillería de los hermanos de La Salle, el Sanatorio Santa Rosalía. Todos y cada uno de estos momentos, de esos recuerdos que llegan al alma y que acaban por darle vida y colorido a un sueño. Comenzaba el camino, como siempre, con las ilusiones del primer día y las promesas de siempre. Mientras, las peñas jerezanas, los romeros y carreros comenzaban su preregrinaje a Doñana: «Llévame hasta el otro lado Guadalquivir. Condúceme a Malandar, ayudado por el viento, para empezar el camino, de la Señora que quiero».

El primer alto en el camino es para rezarle en el Malandar, después los deseos de llegar a la Marismilla a pernoctar donde poder compartir noche con la vecina hermandad de El Puerto. Y ya, cuando el alba despunta, asistir con la devoción propia de un romero a la misa para después, cargados con la fe ir transitando por la Laguna del Carrizal, el Cerro el Trigo , y así, poco a poco, ir completando cada paraje del Coto hasta postrarse ante las plantas de la Blanca Paloma, entre vivas y vivas a la Madre.

Un sueño hecho realidad

Rafael, en su sueño, esperaba impaciente la llegada de la Virgen a las puertas de la casa hermandad del Rocío. Un año más vivir el encuentro en la festividad de Pentecostés, y allí agradecer a la Virgen que su cordón morado se convirtiera en dorado y brindarle la posibilidad de realizar un nuevo camino a la celestial princesa que iguale sus ya ochos maravillosos años al frente de la hermandad, de ahí sus palabras de cariño: «Y aquí, rendido a tus plantas las gracias yo darte quiero, por hacerme pregonero de tu Bienaventuranza».

Finalizó el pregón en La Concha con palmas por bulerías que felicitaban al compás el sentir del pregonero con la entrega, a Rafael, del recuerdo del Memorial: Antonio de León y Manjón, de manos del Hermano Mayor, Felipe Morenes. Destacar uno de los momentos más emotivos de la noche que fue el canto que le dedicaron a la Virgen los miembros de la familia Mateos y, con el broche final, como no podía ser de otra manera, del rezo a la Salve ante ella, la Virgen del Rocío. Y un deseo, nos vemos en el camino.