ENMIENDAS AL PARADIGMA

¿Qué es cultura?

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Qué tendrá el concepto cultura para que las actividades más diversas y peregrinas aspiren a un lugar bajo su sombra? Ahora son los videojuegos los que pretenden ser reconocidos como cultura. ¿Sí? ¿No? ¿Depende? ¿Y de qué depende? Con el concepto de cultura ocurre como con otros muchos conceptos de uso común, que, mientras no proyectamos sobre ellos el análisis, la crítica y la reflexión, nos parecen evidentes por sí mismos. Pero realmente, ¿estamos seguros de expresar lo que queremos expresar cuando empleamos el término cultura?

Y lo que es más importante: ¿entendemos todos lo mismo por cultura, no ya cuando hablamos de ella, sino cuando precisamente damos por hecho que así es y actuamos en consecuencia? ¿Qué es y qué no es, entonces, cultura?

Hace algún tiempo, en la sección de Cartas al Director de un periódico de referencia, aparecía la queja de un lector que lamentaba la inclusión en las páginas de Cultura de ciertas informaciones que, a su juicio, nada tenían que ver con ella, como era el caso concreto de una actuación del grupo musical Las Rockeras Aguerridas, mientras que un concierto de la Filarmónica de Berlín aparecía en las páginas de Espectáculos. En respuesta a este lector, y tras una serie de consideraciones sobre los criterios empleados para incluir una determinada información en las páginas culturales o en las de espectáculos, la periodista responsable de estas secciones se hacía la siguiente pregunta: «¿Por qué un concierto de los tres tenores, por ejemplo, es más cultura que un concierto de Bob Dylan o los U2?».

Esta indefinición, que en un primer momento nos puede parecer motivada por una desorientación general de los medios, e incluso de la sociedad, ante el fenómeno de la cultura, pone de relieve un hecho de mayor trascendencia: que el concepto de cultura, hoy, no puede hacer referencia a una realidad unívoca, de perfiles totalmente definidos, porque es un concepto (en realidad como todos los que componen una lengua viva) que ha integrado en su seno la complejidad creciente del mundo actual, de la que el lenguaje es, como no puede ser de otra manera, reflejo fiel.

Sin embargo, esa complejidad no puede constituir un pretexto para que en torno al concepto de cultura siga creciendo toda una constelación de palabrería hueca y sin sentido. Precisamente, ante problemas complejos no caben respuestas simplistas. De ahí que no podamos responder de manera precipitada a la pregunta que encabeza estas líneas. No hay un modelo establecido ni un concepto definitivo de Cultura, así con mayúscula.

Por ello es necesario y urgente favorecer una reflexión social en profundidad sobre todo aquello que pretende arrogarse el calificativo de cultural. ¿Cuáles son sus características y manifestaciones más señaladas? ¿Qué pretenden realmente sus promotores o defensores? ¿A qué intereses sirve esa supuesta cultura? ¿Qué actitud ante los problemas del mundo actual favorece? Y si finalmente hubiera que colocar el término cultura en el apartado de los conceptos definitivamente amortizados, ¿sería ésta una decisión culturalmente aceptable?