VISTA. La plaza de las Angustias es, sin duda, uno de los emplazamientos más emblemáticos del Jerez actual. / JUAN CARLOS CORCHADO
Jerez

Las Angustias y su monumental más allá

En el año 1951, Juan Luis Vasallo hizo el actual monumento dedicado al jerezano que integró la aventura del Plus Ultra

| JEREZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nos quedamos tan ricamente en el bar Rafa, probando su sangre con tomate, conjugada con una buena copa de vino. De siempre, el bar de Rafa, antes llamado de Salas por la familia que lo llevó durante 47 años, ha sido lugar de amena tertulia. Jerezanos conocedores de la ciudad siempre lo han frecuentado. Jerezanos con nombres y apellidos a los que Pepe Salas -antiguo dispensador de nuestros caldos jerezanos tras el brillante mostrador- conocía a fondo. Siempre ha sido un establecimiento que ha respirado a Jerez y a toros, porque afición hubo y sigue habiendo entre sus clientes.

Ahora Pepe ha pasado a la reserva, aunque activa, pues todas las mañanas pasa a ver a Rafa y se toma un cafelito. «Podríamos escribir un libro con tantas cosas que hemos vivido aquí en el bar. Ya ve, cuarenta y siete años da para mucho», comenta Salas. Su padre, Manuel Salas, El Chino, le dijo una noche a su hijo Pepe que había cogido un bar en Las Angustias. El hijo no le hizo mucho caso: «Bueno, ya se verá lo que hacemos», pensó. Pero El Chino sentenció con un «bueno, como tú veas, pero mañana hay que abrirlo a las seis de la mañana». Y no se ha parado de hacer cafés hasta hace un par de años, que cogió el relevo Rafael Beas.

Desde sus grandes cristales se divisa casi toda la plaza, cargada de sol porque la mañana esta buena. Se observan los vigorosos dragos y el ave del paraíso que está en la esquina con la Corredera.

En el bar siempre te chocas con gente interesante, como es el caso de Miguel Cervera Franco, El Afilador, porque cuando fue futbolista en activo repartía leña para todos. «Era medio izquierdo. Soy zurdo de toda la vida», subraya. Don Miguel ha llegado a la edad de 93 años tan ricamente. Todas las mañanas se llega por el bar para tomarse su tostada con manteca y su café. «Y mira que dientes tengo. Todos míos. Mira, mira cómo mastico », exclama. Y engulle media tostada con la misma celeridad con la que se persignaría un cura loco. Cervera tiene una página en la sección de deportes. Xerecista hasta la médula, lanzamos el desafío a los siempre amables compañeros de Deportes para que pronto nos narren las hazañas de este jerezano incombustible. Realmente merece la pena.

Veteranos

Hemos pasado por el centro del pensionista. La vida que trajina por sus puertas es impresionante. Clases de judo para la tercera edad, internet para mayores, un tablón de contactos para quienes se encuentren solos y un bar que te cobra una miseria por un desayuno como Dios manda. Pero hay que ser pensionista para disfrutarlo. Si no hay carné, nada.

Arriba está la radio. Los compañeros de Canal Sur. La radio y la televisión. Hay que subir para respirar un poco a periodismo. Pues este edificio se dedicó también a la impresión y edición del antiguo periódico de La Voz, pero del Sur. Así como la Hoja del Lunes. Llegamos al despacho del jefe. Su cara nos suena de algo, pero no podríamos ahora adivinar de qué. Javier Benítez comanda la redacción en Jerez. Los estudios echan humo porque hay informativos que dar al mediodía. Benítez, que también comenta que nos conoce de algo y no sabría decir de qué, nos enseña las instalaciones del medio público autonómico. Y unas vistas maravillosas desde la azotea de este edificio que rompe algo con la fisonomía un tanto romántica de la plaza. Finalmente salimos de la radio y ni Benítez ni nosotros supimos sacar una conclusión que dijera de qué nos sonaba la cara. Y mira que para sonido, el inmejorable que cada día nos da Canal Sur en su radio.

Con estos pelos

Justo al lado del bar 27 hay un escaparate que llama la atención. Luces de neón que recorren cada esquina del expositor. Dentro están las chicas de Marco Aldany, una cadena de peluquerías. «Llevamos un año y medio en Las Angustias», comenta Verónica Castillo, encargada del establecimiento. Una señora se está poniendo las mechas y poco más. «Bueno, ahora está la cosa algo más tranquila, pero con la primavera la gente se anima y tendremos más trabajo», subraya. Y una cuestión que no se debería dejar pasar por alto: una tarifa plana para pelarse cuantas veces uno quiera. Por el módico precio de 39 euros, las señoras pueden visitar la peluquería cuantas veces quieran durante un mes. «Es una oferta creo que única en Jerez», apostilla Verónica.

El 27 está a tope. Cerveza en su punto y tapas frescas para cada día. Siempre animado este establecimiento. El barman no tiene tiempo para contestar preguntas. Razón de que la cosa marcha.

Casi acabamos con la plaza cuando llegamos a la floristería de La Esperanza. Esperanza en las Angustias. Buena combinación que sólo pudo haber salido del ingenio de un jerezano de pro como es Mateo López. Ahí está con sus flores. «Esperanza por las tres virtudes teologales, y esperanza porque es lo último que se ha de perder. Y también Esperanza por la Yedra», suscribe Mateo. Aunque sabemos que Mateo está encandilado por la mirada de su Virgen del Consuelo. Son seis años ya en la brecha los que Mateo lleva en la floristería. Un cofrade auténtico, un buen conversador y un jerezano al que no le falta lo que escasea en otros ámbitos: el sentido común.

Y las Angustias que se queda para siempre en Jerez. Con sus diecisiete palmeras que la custodian día y noche. Casi recién estrenada después de la obra a la que ha estado sometida estos últimos meses. Angustias de Vasallo, de Juan Manuel Durán, teniente de navío que viajó en el Plus Ultra atravesando el océano Atlántico. Angustias que siempre llegará un poco más allá.