"Al sentir la sacudida salimos corriendo"

Los testimonios se suceden. La mayor parte de ellos se repiten. Pese a lo trágico de la situación, alguno puede hablar de milagro. Han salvado sus vidas por segundos. El tiempo justo necesario para abandonar sus hogares y salir a la calle antes de que el terremoto derrumbara sus casas. "Al sentir la sacudida salimos corriendo", relatan muchos de los afectados.

Rostros pensativos, mantas cubriendo a la gente... El panorama es esclarecedor. Un despertar terrorífico. Los servicios de rescate, mientras tanto, siguen buscando supervivientes. También hay quejas para ellos. "Han llegado muy tarde", lamentan muchos.

Hasta su llegada han sido los propios vecinos de L'Aquila los que se han esforzado por quitar con sus manos los escombros. La casa del estudiante, uno de los edificios más afectados, era un claro ejemplo de ello. Sin embargo, la falta de maquinaria ha dificultado la tarea. Ahora, las excavadoras tratan de mover muros de cemento resultantes de los edificios derruidos. La situación sigue siendo angustiosa. El número de víctimas seguirá aumentando.