AL AIRE LIBRE

Vísperas de gozo

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Como envuelto en la nostalgia del verso de Rafael Montesinos, hoy tomo prestadas sus palabras sublimes y llenas de amor para decir que, también hoy, la memoria escoge el camino mas corto para herirme. En esta víspera gozosa de lo que comienza y termina, abolición del tiempo y de la edad por mor de la eterna infancia de un niño viendo cofradías, las cosas recobran su auténtico sentido, enajenado durante doce largos meses de prisas y ansiedades. Hoy vuelve la ciudad a ser distinta, y distintas sus calles y caminos. Hay un paisaje azul, casi de estreno, que perdimos ha tiempo en la memoria. Visperales momentos de estrenos primerizos, con la ilusión maravillosa de cómo si todo fuera nuevo a nuestros ojos. Hoy sonarán muy nuevos los tambores, redoblarán sus vientres como nunca, y florearán distintas las cornetas al aire de algún barrio. Habrá reencuentros de olores por Fátima, cuando Cristo vuelva a dictar la suprema lección de esa Paz que consiste en hacer la voluntad del Padre. Y proclamarán su Gloria nazarena por todo el cortejo de La Constancia. Lo anunciará la Cruz de Guía, y la trasera del misterio valiente volverá la vista atrás soñando con María del Refugio bajo palio. Caminos de esperanza y gozo, en el ambiente alegre de las penitencias de vuelos de capa, porque . «A Dios le gusta el gozo, de la alegría arrodillada». Los versos de Montero Galvache vuelven a dar testimonio de la profunda y metafísica penitencia del bajo sur. Contrastes de gozo en estas vísperas, cuando de la Catedral salga Dios humilde y paciente entre túnicas nuevas y sinsabores de cuaresma. Silencios y música, austeridad y barroquismo, caminos de rezos y promesas en las limpias miradas de los que no tienen edad. Hoy la ciudad, está escogiendo los caminos inescrutables de Dios para herirnos con la luz y con la sombra, en la oración callada y breve que mora en una jaculatoria. Heridos de gozo estaremos día tras día, acercándonos al momento supremo de una Resurrección que viene a decirnos que todo comienza, pero que hay una parte de ese todo que también termina. Mientas eso llega, busquemos por los caminos de la tierra los senderos ocultos y humildes de este Cristo que llega proclamando su poder entre tambores.

Hoy comienzan los días, batalla sin sangre contra el pesimismo, los días de lo nuevo y lo antiguo, memoriales de ausencias y reencuentros. Los dias del Rey. ¡Aleluya!