LA RAYUELA

La patita del lobo nuclear

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Hace un par de años les anuncié en esta columna la inminente batalla de las nucleares (LA VOZ 25.02.07). No había que ser un lince pera verlas venir. Habían enseñado la patita debajo de la puerta a propósito del calentamiento global, presentándose como paladines de una energía eficiente y no contaminante, incluso no peligrosa, gracias al avance tecnológico que suponen las llamadas centrales de tercera generación. Pero es ahora, con la recesión mundial cuando han decidido dar la batalla frente a la opinión pública. La firma del acuerdo estratégico entre Sarkozy y Berlusconi para la cooperación en la construcción de nuevas centrales escenifica su triunfo en Europa. Con ello, Berlusconi se pasa por la entrepierna (como hace cada día con el Estado de Derecho) la moratoria italiana aprobada en referéndum en 1988. «Debemos despertar de un sueño en el que hemos estado sumidos durante decenios», ha dicho el nuevo Duce. Cierto, despertamos con una pesadilla. Sin embargo, desgraciadamente la cuestión es demasiado compleja e importante como para poder despacharla con un exabrupto, como el que provoca la desfachatez de este político repetidamente procesado que juega a dejarse fotografiar haciendo mofa una vez más de la justicia, simulando ofrecerse a los carabinieri para ser esposado.

Hace tiempo que los lobbys de opinión trabajan duramente en los medios de comunicación para ir calando en una opinión pública que de acuerdo con los sondeos de opinión se resiste a aceptar esta energía como segura o no contaminante. El discurso ha ganado adeptos en Europa incluso entre gobiernos y líderes socialdemócratas, dando paso al reverdecer de la energía atómica, con varias decenas de centrales previstas o en construcción. Muchos de los argumentos utilizados en la batalla para poner fin a las moratorias nucleares que, como la española, aún resisten, son de peso y a la mayoría de la población les parecen razonables aunque no les hagan olvidar del todo las continuas fugas y accidentes que se producen con una asiduidad que, solo desde el cinismo, pueden calificarse de anecdóticas o atribuibles a errores humanos. Una política de ocultación por parte del CSN que constantemente Greenpeace o Ecologistas en Acción ponen en evidencia o en ridículo. Por no citar la madre del cordero, la pregunta incómoda que nadie responde, que la basura nuclear es irreciclable y será radioactiva por los siglos de los siglos; y que la más segura de las centrales o depósitos de residuos puede reventar en cualquier cataclismo. Adoctrinados por los medios de comunicación afines o participados financieramente por las multinacionales del sector energético, la opinión pública empieza a considerar menores los riesgos de las nucleares que los del calentamiento global. También se olvida de que hace años que la energía atómica dejó de ser competitiva: desde el desastre económico de las centrales en EEUU, reconocido incluso por Forbes, hasta el fiasco de la central de 3ª generación anunciada a bombo y platillo por Finlandia. Multitud de estudios han demostrado hasta la saciedad que las energías renovables son capaces de producir eficientemente la energía que el desarrollo sostenible necesita (como demuestra un constantemente estudio de la Universidad de Comillas para Greenpeace), que en España ya aportan el 25% del consumo. El Gobierno de España lo va a tener difícil para mantener la moratoria, pero eso le honra.