PAN Y CIRCO

La realidad

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La madurez consiste en la interpretación adecuada, en la valoración correcta y en la asunción serena de la realidad. Hemos de reconocer que son los hechos, más que las ideas y las palabras, los que contribuyen más eficazmente a la adquisición de esa sabiduría práctica que nos permite superar las dificultades y alcanzar las metas. Aunque Javi Gracia nos había explicado de manera clara los riegos que acechaban al equipo amarillo por la envidiable situación tenía en la tabla clasificatoria, creo que han sido los hechos los que nos han ofrecido los argumentos más contundentes para que lleguemos a la conclusión de que la jactancia constituye un «vicio peligroso». Los tres últimos partidos disputados en Carranza han confirmado un hecho tan obvio como que los puntos conseguidos hasta ahora no garantizan que el conjunto amarillo siga ganando encuentros ni para que creamos que el ascenso está garantizado. La lección más importante que podemos extraer es que cualquier equipo puede llevarse puntos de nuestro estadio. En el fútbol, igual que en la vida, el realismo es un remedio eficaz para huir del sentimiento de ansiedad y, también, para evitar caer en la autocomplacencia. La clave de este tratamiento saludable reside en aceptar los hechos que son irremediables, sin dejarnos arrastrar por la frustración o por el enojo. Si aceptamos las cosas como son, es posible que mantengamos la serenidad, el autocontrol y la visión positiva de los hechos, incluso de los menos favorables. Ésta visión realista es la mejor manera de seguir ilusionados con este equipo que, no lo dudemos, seguirá proporcionándonos muchas satisfacciones. Afirmar que el Cádiz es un equipo vencible es reconocer una obviedad. Ésa es la esencia y el aliciente que estimulan la participación en las competiciones deportivas: la posibilidad real de vencer y, por lo tanto, de ser vencido.