Opinion

El risueño Mazuelos

No sé si le gusta más o menos que le coloquemos ya la etiqueta de campechano. Pero lo es. Pocas cualidades de una persona pueden certificarse tan certeramente pese a que apenas hayamos tenido un sólo encuentro con él. Y llama la atención por ello.

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Mazuelos, a fuerza de no haberse visto en otra -si no ya verán lo que les cuesta a sus alumnos del ISCRA cambiar el Pepe por un formalista don José-, tira de sonrisa para, quizá, tener agradable burladero frente a los acontecimientos que se le vienen encima. Es un tipo cercano.

Resulta bueno que sea así tratándose de un obispo, con la que le está cayendo a la Iglesia por no callarse. Y también es esperanzador siendo como es médico y especialista en Bioética, con el frente abierto en contra de semejante liberalización del aborto.

Una buena sonrisa no es, por ello, mala presentación. Aunque a veces parezca no haber motivos para ello.