INTERNACIONALES. Las dos estrellas de 'Los abrazos rotos'. / REUTERS
Sociedad

'Los abrazos rotos', una declaración de amor al cine de Pedro Almodóvar

Junto a Penélope Cruz, en su primera aparición tras ganar el Oscar, y parte del elenco, presentó su filme ayer en Madrid

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Dos de las salas más grandes de los cines Kinépolis de Madrid acogieron ayer la proyección de Los abrazos rotos, la última película de Pedro Almodóvar, que después protagonizaría, durante cerca de dos horas, una rueda de prensa en la sala 25 (la más grande del recinto y ante un gran número de asistentes) junto a Penélope Cruz (en su primera aparición pública en España tras el Oscar), Blanca Portillo, José Luis Gómez, Lluís Homar, Tamar Novas, Rubén Ochandiano y el productor Agustín Almodóvar.

Los abrazos rotos es, según el director manchego, «una declaración de amor» al cine, en la que además rinde tributo a su «gran familia cinematográfica», porque cuenta con actrices como Chus Lampreave, Kiti Manver o Rosy de Palma y recuerda a algunas de sus películas fetiche, sobre todo Mujeres al borde de un ataque de nervios. «Me he rodeado de parte de mi familia cinematográfica», afirmó.

«Todas mis películas son mi patrimonio, en todos los sentidos, forman parte de mi biografía y siempre al escribir están en mi mente», afirmó Almodóvar , quien matizó que la alusión a Mujeres... (con el cortometraje que incluye protagonizado por Carmen Machi) era por «sentido práctico», además de querer incluir parte de «comedia en este drama que viven los personajes».

Cruz da vida a Lena, mujer a la que amó hace 14 años el escritor de guiones Harry Caine (Homar), que quedó ciego tras un accidente. Desde entonces vive y ama en la oscuridad y vive gracias a los guiones que escribe y a la ayuda de su antigua amiga y directora de producción Judit García (Portillo) y de Diego (Novas), hijo de ésta y lazarillo. Años atrás, el escritor vivió una historia de amor con Lena, actriz de su último filme, casada con un rico empresario (Gómez) obsesionado con ella.

Drama, comedia y thriller se dan cita en Los abrazos rotos, que se estrena en España el próximo 18 de marzo. «Estoy muy satisfecho de la parte de thriller, con la relación entre los personajes de Penélope y José Luis», dijo sobre un melodrama que se solapa con el noir, género en el que dijo estar especializándose últimamente.

No obstante, el amor está presente en el filme número 17 de Almodóvar , «una película romántica, con varias historias de amor cruzadas». Sin embargo hay una historia de amor que subyace sobre todas ellas: «la de mi amor por el cine».

«Es una declaración de amor al cine, por eso hay tantas referencias», afirmó, apuntando que su máxima aspiración ahora es que el público la vea. «Es un misterio si subirá la taquilla o no», apuntó.

«Me siento como con mis 16 películas anteriores, sumido en la incertidumbre», confesó el cineasta, convencido de su «responsabilidad» por, al menos, haber hecho «una película honesta». «Ahora la pelota pasa a las salas de cine y ojalá suba la taquilla».

Y quiso hacer varias preguntas a quienes vayan a verla: si les ha entretenido, si se les ha hecho larga y si la han entendido. «Ojalá comunique todas las emociones que están en el guión», dijo aclarando que quizá haya cosas mejorables en todas sus películas, si bien «lo esencial es darlas por terminadas».

Sobre si alguna de las escenas de Los abrazos rotos, rodada entre Madrid y Lanzarote, había sido más difícil que otras, el director y guionista afirmó que «toda la película es compleja», en parte por los monólogos que soportan en pantalla los actores, por la dificultad para que Homar diera vida a un ciego o que Cruz diera con el tipo de mujer que es Lena y mantuviese el tipo.

«Todo fue complicado y lo resolvimos día a día», subrayó, reconociendo que quizá las escenas con más carga erótica y las violentas fueron las que salieron «a la primera». «Es una película difícil porque es larga y los actores han tenido que hacer cosas muy difíciles», prosiguió.

Respecto a la carga dramática de Los abrazos rotos, Almodóvar dijo que es cierto que sus películas cada vez adquieren «más gravedad». «Será el paso del tiempo o la influencia de que cada vez se hace menos drama. Es un género que se ha distorsionado en televisión y que en cine no se trata adecuadamente», precisó sobre un género que ayuda a «hablar de la condición humana».

«Cuando escribo me dejo llevar por una idea pero no soy consciente de si prevalece un género u otro. Sí es verdad que hay un reflejo de mi vida. Al principio, era más joven y era más divertida. Pero en el siglo XXI mi vida es más interior y me estoy convirtiendo en un maduro interesante, en el mejor de los casos». En todo caso, dijo que son películas que le pide el cuerpo y que no rechaza hacer comedia como en Mujeres..., «porque me apetece volver a ese tono soez y lúdico de Patty Diphusa», agregó un realizador que dirige «mucho de oído».

Penélope Cruz, recién llegada de EEUU con su Oscar debajo del brazo, dijo que se había traído la estatuilla a España y que se quedará aquí, en su casa. «He disfrutado el premio días más tarde. Ha sido una aventura bonita y muy emocionante», confesó.

En su faceta más inédita se muestra en la cinta de Almodóvar. «Trabajar con Pedro es siempre una experiencia maravillosa». «De mis cuatro películas con él, sólo tengo buenos recuerdos», dijo Pe, que ha encarnado en Los abrazos rotos a un personaje que no era fácil y «muy diferente» a los que había hecho antes. «Pedro siempre ha confiado en mí y éste era una joya de personaje», agregó la actriz, que estará todo el año 2009 sin rodar y sólo promocionando el filme de Almodóvar .

«Soy consciente del privilegio y la suerte que es rodar con Pedro. Siempre he estado obsesionada con trabajar con él, desde niña. Y si me dijeran que sólo podría trabajar con un director, sería con él», aseveró

La actriz dijo compartir sólo con su personaje «el amor por el cine». «Siento compasión por Lena porque tiene una herida profunda. Es una superviviente y siempre la imaginé con una nube sobre la cabeza. En el fondo, aunque es una luchadora, sabe que las cosas no le van a salir bien, sin ser pesimista».