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La Policía detiene en Amsterdam al capo de la masacre de Duisburgo

El cerebro y uno de los autores de la brutal masacre de Duisburgo -seis muertos acribillados en una pizzería de esta ciudad alemana el 15 de agosto de 2007- fue detenido ayer en Amsterdam. Giovanni Strangio, capo de la 'ndrangheta, la potente mafia calabresa, era el quinto hombre más buscado de Italia, pero sólo tenía 30 años. La delirante cadena de venganzas en la guerra de clanes de San Luca, un pueblecito, comenzó en 1991 con un banal lanzamiento de huevos entre pandillas en el carnaval, ofensa que se ha ido lavando cada vez con más sangre hasta la masacre de Duisburgo y que ha ido dejando el deber de matar a parientes cada vez más jóvenes.

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Strangio fue detenido a las 23.10 horas del jueves en un piso en el que vivía con su mujer, su hijo y un cuñado, Francesco Romeo, también buscado por narcotráfico desde 1997. Strangio no ofreció resistencia, sólo abrazó a su mujer. En la casa agentes holandeses, en colaboración con italianos, encontraron un arma, un millón de euros y pasaportes falsos. Es el único acusado de la matanza de Ferragosto -nombre italiano de la fiesta del 15 de agosto-, aunque la Policía calcula que hay otros tres cómplices.

Varios testigos le identificaron. Como en Italia se filtra todo alegremente se saben muchos detalles: fueron un empleado de la armería Frankonia de Dusseldorf, donde intentó comprar dos cargadores para una pistola Beretta 93/R, empleada en la masacre, y dos personas que le vieron huir en un Renault Clio alquilado por alguien con su descripción. Como en el vehículo, se halló su ADN en el piso que ocupó en Yorckstrasse 38 de Dusseldorf. El coche apareció abandonado en Bélgica. Holanda, escondrijo de la 'ndrangheta, fue desde el principio el lugar donde buscar.

Escuchas telefónicas

En el propio San Luca fueron arrestados el mismo agosto de 2007 medio centenar de personas, de las dos familias en guerra, los Strangio-Nirta y los Vottari-Pelle-Romeo. Naturalmente los autores no estaban allí y han sido las escuchas telefónicas las que han permitido localizarles. Primero fue Giussepe Nirta, el pasado noviembre, cuñado de Strangio, buscado desde hacía trece años y cuya relación con el caso aún se investiga. Tenía un paquete de productos calabreses. El lazo con la tierra no se rompe y las llamadas han hecho caer también a Strangio. Se había teñido el pelo de rubio y andaba siempre con gorra y gafas de sol.